El hecho de que los cinco oficiales acusados del asesinato de Nichols sean negros complica el suplicio. También ha puesto de relieve lo que muchas personas negras han dicho que se pierde con frecuencia en los casos de brutalidad policial que involucran a oficiales blancos y víctimas negras: que los problemas de raza y el actuar de la policía son inherentes a una cultura policial arraigada de agresión y deshumanización de las personas negras más que de racismo interpersonal. Es el sistema y las tácticas las que fomentan el racismo y la violencia, dicen, más que las identidades raciales específicas de los oficiales.
“No es el racismo lo que impulsa esto, es el culturismo”, dijo Robert M. Sausedo, director de una organización sin fines de lucro de Los Ángeles que se creó después de la golpiza propiciada a Rodney King en 1991, luego de ver el video de la golpiza de Nichols el viernes por la noche.
“Es una cultura de la aplicación de la ley en la que está bien ser agresivo con aquellos a quienes se supone que deben servir”, dijo Sausedo. Pero también elogió a los oficiales de policía de Los Ángeles por su progreso en el trabajo con la comunidad desde la golpiza a King.
Los videos publicados por la ciudad de Memphis el reciente viernes por la noche, que incluyen imágenes de la cámaras corporales de la policía y tomas de una cámara policial montada en un poste, muestran a Nichols llorando por su madre mientras los oficiales lo sujetan, lo patean en la cabeza y lo golpean.
“Tenemos que hablar sobre esta cultura policial institucionalizada que tiene esta ley no escrita: puedes emplear en el uso excesivo de la fuerza contra personas negras y morenas”, dijo Ben Crump, un destacado abogado de derechos civiles que representa a la familia de Nichols, durante una entrevista en un programa de televisión.
Muchos departamentos de policía urbanos han estado presionando para diversificar sus filas, una estrategia que los expertos policiales aún apoyan como una manera de mejorar las prácticas y la relación de las fuerzas del orden con las comunidades minoritarias.
James Forman Jr., quien ha estudiado y escrito sobre raza y la aplicación de la ley, dijo que preguntar por qué la raza de los oficiales no les impidió cometer violencia contra Nichols pasa por alto las fuerzas sistémicas en acción.
“La negritud no te protege de todas las fuerzas que hacen posible la violencia policial”, dijo Forman. “¿Cuáles son las teorías y estilos del mantenimiento del orden, el entrenamiento que recibe la policía? Todas esas dinámicas que impulsan la violencia y la brutalidad son más poderosas que la raza del oficial”.
Amber Sherman, una activista y organizadora que trabaja con la familia Nichols mientras presionan por cambios de política en la policía, dijo que el racismo es un factor claro en la labor de las fuerzas del orden cuando se mira quiénes son las víctimas de la violencia policial, no la raza de los oficiales.
Los oficiales de todas las razas “son adoctrinados en una práctica que ve a las personas negras y morenas como menos”, dijo Sherman.
En las redes sociales, algunas personas rechazaron la idea de que el racismo era el culpable, argumentando que señalar a la labor policial sistémica priva a las personas de representación y responsabilidad.
“¿No pueden las personas ser malas personas motivadas por su falta de madurez, conciencia e incapacidad para discernir? ¿Todos los incidentes que involucran a la policía y a los hombres negros tienen que volver a ser un problema de raza?”, escribió en Twitter, Barrington Martin II, excandidato demócrata al Congreso en Georgia.
La comentarista conservadora Allie Beth Stuckey escribió en Twitter que “es una cosmovisión distorsionada que no puede lidiar con el hecho de que las personas de todas las razas hacen cosas malas. Que los policías negros golpeen brutalmente a un hombre negro no se debe a la supremacía blanca, el racismo o el sistema. Lo hicieron porque la gente tiene la capacidad de hacer el mal”.
Otros expresaron su decepción porque los oficiales negros no tuvieron más empatía, así como preocupación de que la raza de los oficiales enturbie el problema de la violencia policial arraigada contra los negros.
“Como afroestadounidense, es desafortunado que debido a que los oficiales son negros, la gente diga que la violencia contra los negros no tiene motivos raciales”, dijo Joel Kellum, de 57 años, maestro de escuela pública en la ciudad de Nueva York. “Los policías negros también les harán eso a los delincuentes negros”, agregó Kellum. “Es complicado y es triste”.
Durante mucho tiempo, los promotores de la reforma policial han argumentado que los departamentos deberían reflejar con mayor precisión la demografía de las comunidades que vigilan como un modo de mejorar la labor policial y ayudar a generar confianza en esas comunidades. En Memphis, el 65 por ciento de la población es negra, al igual que el 58 por ciento de la fuerza policial.
“Tenemos una manera muy simplista de abordar el problema de la vigilancia policial y creer que la representación es una especie de bala de plata”, dijo Jody Armour, profesor de Derecho de la Universidad del Sur de California que estudia la justicia racial. “No es solo una cuestión de blanco y negro, sino de azul y negro. Y cuando te pones ese uniforme azul, a menudo se convierte en la identidad principal que ahoga cualquier otra identidad que pueda competir con ella”.
Patrick Yoes, presidente nacional de Fraternal Order of Police, una organización nacional conformada por trabajadores del orden público, calificó de “repugnante” el hecho de que otros oficiales no intervinieran en la golpiza fatal de Nichols y agregó: “El evento, tal como se nos describe, no constituye un trabajo policial legítimo o una detención de tráfico que salió mal. Este es un asalto criminal bajo el pretexto de la ley”
El viernes por la noche, el grupo que representa a los agentes de policía de Memphis ofreció sus condolencias a la familia Nichols, pero no se refirieron a las acciones de los agentes. “La Asociación de Policía de Memphis está comprometida con la administración de justicia y nunca aprueba el maltrato de ningún ciudadano ni el abuso de poder”, se lee en un comunicado de la asociación.
Muchos activistas por la reforma policial dicen que la diversificación de las fuerzas policiales, especialmente en el liderazgo, ha marcado la diferencia y sigue siendo un objetivo valioso. El mismo Nichols consideró una vez convertirse en policía como una manera de cambiar la labor policial desde adentro, dijo un amigo.
El hecho de que Nichols fuera atacado por oficiales negros “no significa que debamos abandonar lo que es crucial, como diversificar los departamentos de policía”, dijo Miriam Krinsky, exfiscal que ahora es directora ejecutiva de Fair and Just Prosecution. “Las personas que provienen de comunidades que están más vigiladas y, en ocasiones, demasiado vigiladas tienen derecho a esperar que aquellos a quienes encargamos de mantenerlos a salvo y generar su confianza provengan de esas comunidades y tengan una conexión con ellas”, dijo.
Sin embargo, Krinsky reconoció que la reforma policial tiene que ir más allá de la diversidad. “Porque si contratamos a las personas adecuadas, pero luego la cultura de la organización, la manera en que se capacitan, el tono y los valores que se modelan no son los correctos, solo tener a las personas adecuadas no es va a ser una solución a algunas de las preocupaciones sobre el comportamiento policial”.