De vez en cuando, una empresa crece tanto y se complica tanto que los gobiernos temen lo que le ocurriría a la economía en general si fracasara. En China, esa empresa es Evergrande, una promotora inmobiliaria de crecimiento descontrolado.
Evergrande se distingue por ser la promotora inmobiliaria más agobiada por las deudas en el mundo y lleva meses conectada a un respirador artificial. Ahora, parece que se enfrenta a la mayor reestructuración empresarial de Asia.
Fitch Ratings, empresa de calificación crediticia, ha dicho que la promotora inmobiliaria china ha incumplido sus obligaciones. Evergrande ha dicho que funcionarios de varias instituciones respaldadas por el Estado se han unido a un comité de riesgo que ayudará a la empresa a reestructurarse.
Evergrande es un enorme imperio inmobiliario con millones de apartamentos en cientos de ciudades de toda China. También tiene más de US$300 mil millones en obligaciones financieras, cientos de edificios residenciales inacabados y proveedores enfadados que han cerrado las obras. Las cosas se pusieron tan mal que la empresa pagó sus facturas atrasadas con propiedades inconclusas y pidió a sus empleados que le prestaran dinero.
Lo que pase a continuación podría repercutir en la economía china, afectando a los compradores de viviendas, a más de 3,8 millones de empleos y a cientos de miles de empleados que trabajan para la empresa.
Los observadores están ahora pendientes de cómo Pekín maneja el siguiente capítulo de Evergrande por el mensaje que dará sobre las intenciones del país de sanear el sector empresarial nacional al dejar que se hundan las “bombas de deuda” como Evergrande.
¿Evergrande incumplió?
Durante meses, Evergrande mantuvo en vilo a los mercados financieros, ya que evitó por poco el incumplimiento en varias ocasiones al realizar pagos de sus bonos en el último momento. Pero bajo una presión creciente y sin efectivo para seguir adelante, Evergrande dijo el 3 de diciembre que era poco probable que siguiera cumpliendo con sus obligaciones financieras.
A la semana siguiente, después de que se cumpliera otro plazo para el pago de dos bonos sin que hubiera señales de pago y sin que Evergrande dijera nada, Fitch Ratings colocó a la promotora china en su categoría de “impago restringido”. Esta categoría significa que Evergrande ha incurrido en un incumplimiento formal, pero que aún no ha entrado en ningún tipo de declaración de quiebra, liquidación u otro proceso que detenga sus operaciones.
En Estados Unidos y muchos otros lugares, esto abriría la puerta a que los acreedores emprendieran acciones legales para intentar recuperar su dinero. No obstante las autoridades chinas han gestionado muy de cerca las anteriores quiebras de empresas para asegurarse de que no se salgan de control, por lo que muchos inversores están esperando a ver qué plan puede surgir.
Evergrande dijo que “se comprometería activamente” con sus acreedores extranjeros para elaborar un plan de reestructuración: el proceso, a menudo largo y prolongado, de desmantelar una empresa y vender sus partes para pagar a todos.
Los inversores podrían querer quedarse con los activos en el extranjero; sin embargo, el proceso podría ser complicado.
“Evergrande es una empresa compleja y tiene entidades dentro y fuera de la República Popular China”, dijo Daniel Anderson, socio del despacho de abogados Ropes & Gray en Hong Kong. “No hay un mecanismo legal único y claro que pueda aplicarse para reestructurar el grupo. Como resultado, tendrá que ser a través de las jurisdicciones, lo que hará que sea muy complejo”.
¿Cómo se convirtió Evergrande en un problema tan grave?
En sus días de gloria, hace una década, Evergrande vendía agua embotellada, poseía el mejor equipo de fútbol profesional de China e incluso se dedicó brevemente a la cría de cerdos. Llegó a ser tan grande y extensa que tiene una unidad que fabrica automóviles eléctricos, aunque ha retrasado la producción en masa.
Ahora Evergrande se considera una amenaza tambaleante para los mayores bancos de China.
La compañía, fundada en 1996, se montó en el épico auge inmobiliario de China que urbanizó grandes franjas del país y dio lugar a que casi tres cuartas partes de la riqueza de los hogares estuvieran vinculadas a la vivienda. Esto situó a Evergrande en el centro del poder de una economía que llegó a apoyarse en el mercado inmobiliario para conseguir un crecimiento económico sobrecargado.
El multimillonario fundador de la empresa, Xu Jiayin, es miembro de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, un grupo de élite de asesores con buenas conexiones políticas. Los vínculos de Xu probablemente dieron a los acreedores más confianza para seguir prestando dinero a Evergrande a medida que crecía y se expandía en nuevos negocios. Sin embargo, al final Evergrande acabó teniendo más deuda de la que podía pagar.
En los últimos años, la compañía ha enfrentado demandas de compradores de viviendas que siguen esperando la finalización de los apartamentos que pagaron. Los proveedores y acreedores han reclamado cientos de miles de millones de dólares en facturas pendientes. Algunos han suspendido la construcción de proyectos de Evergrande.
¿Por qué la empresa tiene ahora tantos líos?
Evergrande podría haber seguido adelante si no fuera por dos problemas. En primer lugar, los reguladores chinos están tomando medidas drásticas contra los imprudentes hábitos de endeudamiento de las promotoras inmobiliarias. Esto ha obligado a Evergrande a empezar a vender parte de su extenso imperio empresarial, y eso no va muy bien.
No ha conseguido vender su negocio de vehículos eléctricos, a pesar de las conversaciones con posibles compradores. Algunos expertos afirman que los compradores están esperando una liquidación.
En segundo lugar, el mercado inmobiliario chino se está desacelerando y hay menos demanda de nuevos apartamentos. La Institución Nacional para las Finanzas y el Desarrollo, un destacado grupo de expertos de Pekín, declaró que el auge del mercado inmobiliario había “mostrado signos de un punto de inflexión”, y citó la debilidad de la demanda y la reducción de las ventas.
Esto está contribuyendo a una desaceleración general del crecimiento económico de China, que —en un ciclo que se autoperpetúa— podría erosionar aún más la demanda de propiedades de Evergrande.
Gran parte del dinero que Evergrande ha conseguido reunir procede de apartamentos prevendidos que aún no se han terminado de construir. Evergrande tiene cerca de 800 proyectos sin concluir en toda China, y hasta 1,6 millones de personas que aún esperan mudarse a sus nuevos hogares, según un cálculo de Barclays.
¿Intervendrán los reguladores chinos para salvarla?
Lo que ocurra a continuación está en gran medida en manos de las autoridades gubernamentales chinas.
Durante años, muchos inversores dieron dinero a empresas como Evergrande porque creían que Pekín siempre intervendría con un rescate si las cosas se ponían feas. Y durante décadas, los inversores tuvieron razón. Pero más recientemente, las autoridades se han mostrado más dispuestas a dejar que las empresas fracasen para frenar el insostenible problema de la deuda en China.
En lo que respecta a las promotoras inmobiliarias, hasta ahora las autoridades se han mostrado decididas a no intervenir. En lo que va de año, al menos 11 promotoras han dejado de pagar sus bonos.
Para enfatizar este punto, el banco central de China ha culpado a la “propia mala gestión y la expansión imprudente” de Evergrande de sus problemas y dijo que la crisis se limitaba a Evergrande. Yi Gang, el gobernador del banco central, ha indicado que no es probable que Evergrande reciba un rescate.
¿Cómo afectaría la quiebra de Evergrande a la economía china?
Una campaña del banco central para controlar la deuda inmobiliaria y reducir la exposición del sector bancario a los desarrolladores en problemas debería significar que una quiebra de Evergrande tendría un menor impacto en el sistema financiero de China.
La realidad puede ser más complicada.
El pánico de los inversores y de los compradores de viviendas podría extenderse al mercado inmobiliario y golpear los precios, y así afectar a la riqueza y la confianza de los hogares. También podría sacudir los mercados financieros mundiales y dificultar que otras empresas chinas sigan financiando sus negocios con inversión extranjera.
Chen Zhiwu, profesor de finanzas de la Universidad de Hong Kong, dijo que una quiebra podría provocar una crisis crediticia en toda la economía, ya que las instituciones financieras se vuelven más reacias al riesgo. Una quiebra de Evergrande “no sería una buena noticia para el sistema financiero ni para la economía en general”, afirmó.
Pero no todos son tan pesimistas. Bruce Pang, economista de China Renaissance Securities, dijo que una quiebra podría sentar las bases de una economía más sana en el futuro. “Si Evergrande fracasa, con la creencia cada vez más débil de que es ‘demasiado grande para fracasar’, demostrará que Pekín es más tolerante con los impagos, a pesar de los problemas y los trastornos a corto plazo”, dijo Pang.
¿Deben preocuparse los inversores extranjeros?
A los inversores extranjeros les preocupa ahora que el dinero que se les debe pueda quedar atrapado en China y sea difícil de sacar. En cualquier procedimiento de quiebra, estarían entre los últimos acreedores en la fila para obtener alguno de los activos de la empresa china.
Algunos, sin embargo, son más optimistas. China Inc. necesita seguir obteniendo dinero de los inversores extranjeros, por lo que Pekín se asegurará de que los tenedores de bonos puedan recuperar parte de sus pérdidas, según ese raciocinio.