La pena impuesta es, no obstante, casi la mitad de lo que pedía la Fiscalía, mil 324 años de prisión.
La sentencia considera probado que el condenado violó a doce menores, siete de ellos de forma continuada, y abusó sexualmente de tres, dos de ellos también de manera habitual.
Igualmente es considerado culpable de 98 delitos de captación y utilización de menores de edad con fines pornográficos, 74 de difusión de material pornográfico a menores de edad, 25 de exhibicionismo, 13 de delitos de corrupción de menores de 16 años y uno de tenencia de pornografía infantil.
Por el contrario, es absuelto de 59 delitos de ciberacoso, tres de abusos sexuales y dos de corrupción de menores.
El tribunal considera probado que este hombre, nacido en 1991, sin antecedentes penales hasta ahora, cometió los delitos entre el 9 de noviembre de 2015 y el 3 de septiembre de 2018.
Utilizaba redes sociales y grupos de mensajería para contactar con niños de menos de 16 años para intercambiar imágenes pornográficas.
A veces se hacía pasar por una chica menor de edad; las víctimas, en la creencia de que se estaban comunicando con una persona de su edad, mantenían conversaciones “crudamente libidinosas”, que el acusado fomentaba.
Para ello, enviaba fotos y videos de una muchacha desnuda y obtenía así imágenes similares del menor con el conversaba.
El procesado, por medio de engaños, logró que algunos menores accedieran a mantener encuentros físicos con él, incluidas relaciones sexuales, según la sentencia.
Además de la condena de prisión, el tribunal le prohíbe acercarse a los menores. Y lo inhabilita para cualquier profesión u oficio que conlleve relación regular y directa con menores de edad.