En una providencia notificada el martes, el juez Pedraz citó a 13 testigos, con predominio de responsables bancarios, pero también a Roca, un prestigioso letrado que, como político, fue uno de los ponentes de la Constitución española de 1978, y que ahora como abogado defiende a la infanta Cristina.
El juez instruye una causa que pone el foco en el sindicato ultraderechista Manos Limpias y en la asociación de usuarios de banca Ausbanc por una presunta extorsión para retirar la acusación a la infanta.
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Cristina de Borbón se sienta en el banquillo de los acusados junto a una quincena de personas más, entre las que figura su marido, Iñaki Urdangarin, acusado de varios delitos, entre ellos corrupción.
La única acusación contra la infanta la ejerce Manos Limpias, ya que la fiscalía no vio delito la actuación de la hermana del rey en la sociedad cuya titularidad comparte con Urdangarin y que, presuntamente, cometió irregularidades fiscales.
Dirigentes de Manos Limpias y Ausbanc fueron detenidos hace semanas acusados de supuesta extorsión a diferentes entidades bancarias a cambio de publicidad o de retirar acusaciones.
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El pasado 18 de abril, el juez Pedraz decretó prisión sin fianza para los máximos responsables de Manos Limpias y Ausbanc, a los que atribuye cuatro chantajes para que el sindicato retirara acusaciones en diferentes causas judiciales, entre ellas la de la infanta Cristina en Nóos.
El caso se ha enrarecido en los últimos días con la información que a Pedraz dio el juez Jose Castro, que instruyó el caso Nóos, de que el abogado de la infanta Cristina le había pedido una reunión secreta.
No obstante, Miquel Roca ha negado haber propuesto alguna entrevista secreta con el juez.