Sonia Bibi sucumbió a sus heridas en el hospital donde había sido hospitalizada.
“Sonia se suicidó prendiéndose fuego. Había acusado varios policías de haberla violado y se había quejado de que nadie recibiera su denuncia”, indicó Nabila Ghazanfar, una portavoz de la policía, que agregó que se había iniciado una investigación.
Dos policías fueron detenidos y el jefe de la comisaría de Muzaffargarh fue suspendido, indicó Awais Malik, un alto cargo policial.
“Sonia había afirmado que había sido secuestrada y violada por dos policías pero nadie registró su denuncia. Detuvimos a los presuntos violadores”, dijo Malik.
El distrito de Muzaffargarh fue escenario en el 2002 de un terrible caso de violación en grupo, el de Moukhtaran Mai, que escandalizó al país.
“A Sonia se le negó la justicia”, declaró Mukhtaran Mai, que se convirtió en una militante por los derechos de las mujeres en la región y contra la violencia.
En el 2014 se produjo otro caso similar en esta misma región.
Amina Bibi, 18 años, se había prendido fuego delante de la comisaría de la localidad de Beet Meer Hazar, en el distrito de Muzaffargarh.
La joven llegó a ese extremo luego de que un tribunal hubiera archivado la denuncia de violación basándose en un informe policial que negaba los hechos.
La violencia física y sexual contra las mujeres es moneda corriente en Pakistán, un país musulmán conservador y patriarcal.