Los sondeos mostraban al partido del primer ministro, el Likud, ligeramente por detrás de la Unión Sionista del centrista Isaac Herzog, partidaria de las conversaciones de paz con los palestinos.
Netanyahu afirmó que cualquier estado establecido junto a Israel estaría controlado por extremistas islámicos que “nos atacarán con cohetes.”
“¿Quién quiere algo así?”, dijo Netanyahu en una entrevista telefónica con el Canal 10 de televisión tras votar este martes. En los últimos días ha reiterado su oposición a que se forme un estado palestino.
Herzog, por su parte, dijo que reavivará las conversaciones de paz con los palestinos, reparará las relaciones con Washington y reducirá la creciente brecha entre ricos y pobres.
“El que quiera seguir el camino de desesperanza y decepción de Bibi (Netanyahu), votará por él”, dijo el líder opositor tras votar. “Pero el que quiera cambio, esperanza y en verdad un futuro mejor para Israel, votará por el bando Sionista que lidero.”
El día de elecciones es feriado en Israel. La mayoría de la gente no va a trabajar, las playas y restaurantes están llenos y las tiendas anuncian rebajas con motivo de la votación.
Facebook ha introducido una imagen con las palabras “Yo voté” en hebreo que pueden incluir los usuarios en su perfil, algo que la red social ofreció para las elecciones en otros países como parte de un esfuerzo por aumentar la participación.
Mientras tanto, un soldado israelí fue detenido el martes por la policía acusado de incitar a la violencia. El soldado escribió en Facebook que si un izquierdista llegaba al poder, seguiría los pasos del extremista israelí Yigal Amir, que en 1995 asesinó al moderado primer ministro Yitzhak Rabin.
Los votantes eligen el martes a los 120 miembros de la cámara depositando papeletas de listas de partidos, en lugar de elegir a candidatos individuales. Por lo general, formar un gobierno en Israel requiere semanas de negociaciones para establecer una coalición y elegir un primer ministro.
Varios partidos centristas y religiosos de menor tamaño que no han anunciado su apoyo a ninguno de los dos candidatos jugarán un importante papel en esas negociaciones.
Netanyahu ha gobernado los últimos seis años y lleva tiempo siendo la persona más dominante en la política nacional.
En los últimos compases de la campaña, el dirigente se ha inclinado más hacia la derecha para ganarse a sus bases. Se ha lamentado por una supuesta conspiración internacional para derrocarle financiada por adinerados extranjeros, y advertido en contra de un “gobierno de izquierdas respaldado por los árabes”, refiriéndose a una formación de políticos en su mayoría árabes israelíes que, según las encuestas, podría convertirse en el tercer partido más grande del país.
La campaña ha amplificado las grandes diferencias entre los moderados y los ciudadanos de línea dura en Israel.
Decenas de miles de israelíes se manifestaron este mes en una plaza del centro de Tel Aviv, donde un ex responsable de la agencia de espionaje, el Mossad, pidió la marcha de Netanyahu. Y el domingo, decenas de miles de israelíes de derechas llenaron el mismo barrio para escuchar a Netanyahu y otros políticos nacionalistas.
El primer ministro ha aparecido cada vez más agitado, y tras años evitando a los medios israelíes concedió una serie de entrevistas a grandes televisoras y pequeñas emisoras de radio local.
En una entrevista televisada con Channel 10 descartó una coalición con Herzog y dijo que buscaría una alianza con el ultra nacionalista Casa Judía, que también se opone a la formación de un estado palestino.
Netanyahu describió a su rival como alguien que cedería territorio con facilidad para un estado palestino. Los palestinos quieren formar un estado en Cisjordania, la Franja de Gaza y el este de Jerusalén, tierra capturada por Israel en la guerra de 1967.
“Tenemos una estrategia diferente”, dijo Netanyahu. “Ellos (la Unión Sionista) quieren retirarse. Yo no quiero retirarme. Si formo un gobierno, será un gobierno nacionalista.”
Las declaraciones de Netanyahu son una apuesta política.
Durante años, el primer ministro aseguró a la comunidad internacional que acepta la idea de un estado palestino y está dispuesto a negociar los términos. Netanyahu ha mostrado al presidente palestino, Mahmud Abás, como el principal obstáculo para alcanzar un acuerdo de paz.
Si es reelegido, sería más difícil para alegar que Israel es un socio de los esfuerzos de paz liderados por Estados Unidos. Washington considera la formación de un estado palestino como un pilar de su política en la zona.
Herzog, por su parte, dio señales de estar dando marcha atrás en lo que se ha percibido como un impopular acuerdo para compartir el poder con el colíder de la Unión Sionista, el ex ministro de Exteriores Tzipi Livni.Según ese acuerdo, Herzog y Livni habrían cumplido cada uno dos años como primer ministro si ganan las elecciones.