Los permisos para los residentes en la Franja de Gaza también quedaron en suspenso, tanto los que dan la posibilidad de visitar a familiares a Israel, como los de viajes al extranjero y aquellos para rezar en la mezquita Al Aqsa en Jerusalén, agregó el COGAT.
Además, el ejército bloqueó los permisos de trabajo para 204 familiares de los atacantes del miércoles y evita que palestinos salgan o entren del pueblo cisjordano de Yatta, su localidad natal. Según el COGAT, el acceso o salida de la ciudad está permitido solo en casos humanitarios o médicos.
En Tel Aviv hay agentes desplegados por las calles, principalmente en las inmediaciones de las estaciones de autocar y tren de la ciudad, explicó el portavoz de la policía, Micky Rosenfeld. Los ciudadanos iraquíes regresaron pronto a su rutina: la terraza de la cafetería donde se registró la balacera estaba abierta al público de nuevo el jueves por la mañana.
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Dos palestinos abrieron fuego el miércoles por la noche cerca de un popular mercado al aire libre en el centro de Tel Aviv y mataron a cuatro israelíes, además de herir a por lo menos otros cinco antes de ser detenidos, en uno de los ataques más letales de una ola de violencia que dura ya ocho meses.
Registros durante la noche
Durante la noche, los soldados israelíes entraron en Yatta, donde registraron numerosas viviendas y detuvieron a varias personas, indicó una portavoz del ejército israelí. Yatta está cercada y nadie puede salir salvo por razones humanitarias, agregó la portavoz.
El padre de Mohamad Ahmad Majamrah dijo que los militares había tomado las medidas de la vivienda, una acción previa a una demolición de castigo.
Por otra parte Israel anunció el viernes que congelaba 83.000 permisos de entrada de los palestinos durante el ramadán.
“Todos los permisos otorgados por el Ramadán, en particular los permisos destinados a las visitas familiares [para los palestinos] procedentes de Judea-Samaria quedan congeladas” , anunció el COGAT, el organismo de coordinación de las actividades israelíes en los territorios palestinos.
Judea-Samaria es el nombre que utiliza el gobierno israelí para nombrar Cisjordania ocupada.
Una parte de esos permisos afecta a los palestinos que se trasladan a Jerusalén Este -la parte palestina de Jerusalén ocupada y anexada por Israel- durante el mes sagrado del ayuno musulmán, que comenzó el lunes pasado.
El gobierno israelí decidió también congelar todos los pedidos de permiso de los habitantes de Gaza, un territorio separado geográficamente de Cisjordania ocupada y de Jerusalén por el territorio israelí.
Numerosos habitantes de Gaza solicitan durante el ramadán poder salir de Gaza, un territorio sometido a un estricto bloqueo, para ir a rezar a la explanada de las Mezquitas en Jerusalén Este.
Israel desplegará a centenares de soldados de refuerzo en Cisjordania, un territorio palestino ocupado, anunció el jueves el ejército israelí.
“Tras examinar la situación la división de Judea-Samaria será reforzada con dos batallones” , dijo un portavoz del ejército, el coronel Peter Lerner. Según fuentes militares se trataría de un centenar de soldados más.
El ataque de Tel Aviv es el más mortífero cometido por palestinos contra israelíes desde el 1 de octubre pasado, cuando comenzó el actual ciclo de violencia.
Israel, Jerusalén y los territorios palestinos viven una ola de violencia que ha costado la vida a 207 palestinos, 32 israelíes, dos estadounidenses, un eritreo y un sudanés desde el 1 de octubre, según un recuento de la AFP .
La mayoría de los palestinos muertos eran autores o presuntos autores de ataques, la mayoría cometidos con cuchillos. Muchos de los atacantes procedían de la zona de Hebrón, en el sur de Cisjordania ocupada.
El incidente tuvo lugar en el mercado Sarona, un conjunto de edificios rehabilitados que se han transformado en lugar popular entre los turistas por sus tiendas y restaurantes. El complejo está enfrente de un cuartel del ejército israelí y suele estar lleno de viajeros y soldados jóvenes uniformados.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se reunió con el responsable de Defensa y de la seguridad del país poco después del ataque, antes de visitar el lugar de los hechos. Calificó la balacera de “asesinato a sangre fría cometido por terroristas despreciables” , según un comunicado de su oficina.
Hamas, el grupo islámico que gobierna Gaza, celebró el ataque pero no se atribuyó la autoría. Mushir al Masri, funcionario de Hamás, dijo que la balacera era una “operación heroica” y el grupo más tarde emitió un comunicado prometiendo a los “sionistas” más “sorpresas” durante el Ramadán.