Abdel Rahman Abdalá, de 13 años, fue alcanzado por disparos en el torso. Se trata del segundo joven palestino abatido por el ejército israelí en 24 horas en Cisjordania, después de Otman Suleiman, de 18 años, muerto en Tulkarem, en el noroeste de Cisjordania.
Centenares de personas asistieron a los funerales de éste en su pueblo natal de Balaa. “No es el primer mártir y no será el último, pero murió por su patria” dijo a la AFP su padre, Otman Suleiman.
Del lado israelí, cuatro personas resultaron muertas desde el jueves, dos acribilladas a balazos en Cisjordania y otras dos en un ataque con cuchillo en el Ciudad Vieja de Jerusalén.
Israelíes y palestinos están enzarzados en los últimos días en una nueva espiral de violencia en Cisjordania y Jerusalén Este, la parte palestina de Jerusalén anexionada y ocupada por Israel. Estas violencias recuerdan las Intifadas de 1987 y el 2000.
Alemania, pocos días antes de una visita al país del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, expresó su temor de que se produzca una nueva y sangrienta intifada.
El gobierno de Berlín se preocupa “por lo que posiblemente se esté desarrollando, algo comparable a una nueva intifada” , afirmó el portavoz del ministerio de Exteriores, Martin Schafer.
– Piedras y disparos –
Desde el sábado recién pasado, en varias localidades de Cisjordania y en algunos barrios de Jerusalén Este, jóvenes palestinos y soldados israelíes se enfrentan abiertamente.
Los primeros lanzan piedras y cócteles molotov, y los segundos responden en Cisjordania con disparos, que en las últimas 48 horas dejaron 150 heridos, con balas reales y de goma.
Israel ya adoptó una medida excepcional y quizá inédita al prohibir durante dos días –domingo y lunes — el acceso a la ciudad Vieja a la inmensa mayoría de los 300 mil palestinos de Jerusalén Este que no viven en ella.
Netanyahu prometió el domingo recién pasado por la noche que Israel “librará un combate hasta la muerte contra el terrorismo palestino” . Asimismo, ordenó “la aceleración de las demoliciones de las casas de los terroristas” , para “detener el terrorismo, disuadir y castigar a los atacantes” .
En respuesta, el presidente palestino Mahmud Abás acusó el lunes “a la parte israelí y a su gobierno” a quien “le interesa arrastrar la región en un ciclo de violencia” de provocar “una escalada” de las tensiones.
Este lunes, por segundo día consecutivo y coincidiendo con la fiesta del Sucot, la turística Ciudad Vieja se asemejaba más a un pueblo fantasma, en donde barricadas policiales filtraban las pocas entradas, dejando pasar sólo a israelíes (incluidos los árabes israelíes) , residentes, turistas, comerciantes y estudiantes de escuelas ubicadas dentro de las murallas, y negando el acceso a los miles de palestinos de Jerusalén-Este que no viven en la Ciudad Vieja.
La Explanada de las Mezquitas, tercer lugar santo para los musulmanes, sigue abierta. Sin embargo, su acceso sigue restringido a los varones de menos de 50 años, una disposición inaceptable para los fieles musulmanes.
Se teme que esta tensión creciente provoque una escalada de violencia, en momentos en que palestinos y la oposición israelí aluden a la posibilidad de una tercera Intifada.
Por otra parte, el ejército israelí realizó un bombardeo por la noche en la Franja de Gaza en represalia al disparo de un cohete contra el sur del territorio israelí.
Al menos ocho israelíes y 30 palestinos han muerto este año en violencias vinculadas con el conflicto, según un balance de la AFP .