Actualmente, alrededor de 600 mil israelíes viven en más de 200 asentamientos en Cisjordania y Jerusalén Oriental. Los asentamientos son condierados un gran obstáculo para llegar a la paz con los palestinos. El Consejo de Seguridad había pedido en diciembre detener por completo la construcción de asentamientos por parte de Israel.
Previamente, el Ejército de Israel dio un ultimátum este martes a los habitantes del asentamiento ilegal de Amona, en Cisjordania, para que evacúen sus casas en un plazo no mayor de 48 horas.
Una vez concluida la evacuación, el Ejército prohibirá el acceso al asentamiento. Según varios medios israelíes, la orden ya había sido expuesta en el asentamiento el lunes y obliga a los habitantes a abandonar sus casas a más tardar este miércoles.
El Tribunal Supremo en Jerusalén había ordenado en el 2014 el desalojo de la colonia con sus alrededor de 280 habitantes antes del 8 de febrero. El asentamiento de Amona está situado en terrenos privados palestinos.
El Gobierno israelí intenta buscar otros lugares para el asentamiento de los colonos afectados. El Parlamento en Jerusalén debate actualmente una ley que obligaría a Israel a compensar económicamente a los dueños palestinos de terrenos ocupados por colonos o, de ser posible, a ofrecerles otros terrenos.
El Gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu teme que en caso de desalojarse por la fuerza el asentamiento de Amona, se produzcan enfrentamientos violentos entre las fuerzas de seguridad y los colonos y sus simpatizantes. En 2006, durante un primer intento de desalojar Amona, resultaron heridos más de 200 manifestantes y 50 policías.
Triste y enfurecida
Rivka Lafair, de 19 años, nacida en Amona, está “triste y enfurecida” . “Los destructores del pueblo judío están su mismo interior”, dice en alusión al gobierno. Ella y su marido quieren quedarse hasta el final, pero por ahora no saben dónde irán.
La mayoría de los residentes, que viven en varias decenas de casas prefabricadas convertidas en viviendas permanentes, prometieron resistir, pero sin violencia.
Este martes por la noche, un grupo de jóvenes consiguió cruzar los controles policiales para oponerse a la evacuación.
Las fuerzas de seguridad no encontraron sin embargo resistencia, salvo algunos jóvenes que les lanzaron piedras.
Moti Yogev, diputado de la mayoría y uno de los más fervientes defensores de los colonos, quiso tranquilizar a los habitantes: “Sí, Amona será destruida pero vamos a construir tres mil viviendas” , dice este miembro de Hogar Judío, socio de la coalición gubernamental de Benjamin Netanyahu, una de las más conservadoras de la historia de Israel.
Construimos
Aunque las autoridades israelíes no han tenido más remedio que evacuar Amona, están aprovechando la nueva situación favorable con la llegada de Trump a la Casa Blanca para multiplicar sus medidas de colonización.
“Construimos y seguiremos construyendo” , prometió el primer ministro, Benjamin Netanyahu. Según él, la presidencia de Trump constituye una “oportunidad formidable” tras las “enormes presiones” del gobierno de Obama.
“Entramos en un período de regreso a la normalidad (en Cisjordania) y aportamos la respuesta pertinente a las necesidades cotidianas de la población” , declaró en un comunicado el ministerio de Defensa, que ejerce autoridad sobre el territorio.
La comunidad internacional y los palestinos no dejan de estar preocupados por esta ráfaga de anuncios. Sin embargo, mientras que el gobierno de Obama había criticado e intentado frenar lo más posible la colonización, el de Trump, de momento, se ha mantenido en silencio.
Nabil Abu Rudeina, portavoz de la presidencia palestina, denunció una “campaña feroz de colonización israelí que viola el derecho internacional” . La dirección palestina lanzó una serie de consultar urgentemente, dijo. También instó a la administración estadounidense a que frene esta política que busca “destruir el proceso de paz” .
Las colonias, implantaciones civiles israelíes en los territorios palestinos ocupados, son ilegales con respecto al derecho internacional. Una gran parte de la comunidad internacional las considera como una obstáculo mayor a la paz entre israelíes y palestinos, meta distante desde hace décadas.
El gobierno israelí niega que sean la causa del retroceso de los esfuerzos de paz.
Unos 400 mil colonos israelíes conviven a menudo en conflicto con 2.6 millones de palestinos en Cisjordania.
La expansión de las colonias, política mantenida por todos los gobiernos israelíes desde 1967, va carcomiendo progresivamente el territorio de Cisjordania y amenaza con volver imposible la creación de un Estado palestino independiente que coexistiría con Israel, la solución internacional de referencia para poner fin al conflicto.