Las autoridades iraníes decidieron prolongar hasta las 20.00 hora local (16.30 GMT) las votaciones, ante la alta afluencia en los recintos, donde se veían colas de personas esperando a la hora del cierre de las urnas.
El guía supremo, Ali Jamenei, fue uno de los primeros en votar en una mezquita situada en el complejo donde reside en Teherán.
“Todo el mundo debe votar, todos aquellos que aman Irán, la República Islámica, la grandeza y la gloria de Irán” , dijo sonriente Jamenei.
En Teherán y en las principales ciudades se veían largas colas, según las imágenes de la televisión estatal y periodistas de la AFP .
“Por ahora, 150 personas votaron, es decir, el doble que en las anteriores elecciones” legislativas de 2012, declaró a media jornada Mehdi Jazaie, presidente de un colegio electoral en el centro de la capital.
Hace cuatro años, el índice de participación fue de 64,2% en el país, y de 48% en Teherán.
“Hay que votar con perspicacia y con los ojos abiertos” para “decepcionar al enemigo” , dijo Jamenei, sin especificar a quién se refería, aunque habitualmente expresa sus recelos respecto a las potencias occidentales, especialmente Estados Unidos, a las que acusa de llevar a cabo una política de “infiltración” .
Al votar en el ministerio del Interior, el presidente Hasan Rohani declaró que su gobierno veía en las elecciones “una inmensa marca de confianza” y que el conjunto de instituciones iba a garantizar que sean “legítimas y sanas” .
En un colegio electoral instalado en una mezquita en Teherán, una iraní de 38 años, Atefeh Yusefi, reafirmó su intención de votar después de abstenerse en varias ocasiones. “Espero que las reformas mejoren la situación, ya que la solución no es un cambio de régimen, sino reformas” , deseó.
Estas elecciones son las primeras desde el histórico acuerdo sobre el programa nuclear iraní que alcanzaron en julio las grandes potencias y Teherán, y que deberá permitir al país abandonar su aislamiento y reactivar una economía debilitada por casi diez años de sanciones internacionales.
Algunas de estas sanciones se levantaron a mediados de enero con la entrada en vigor del acuerdo nuclear. Rohani, elegido en el 2013, confía en que este avance invierta la tendencia en favor de los reformistas y moderados, principalmente en el Parlamento.
Esto le ayudaría, especialmente mediante las esperadas inversiones extranjeras, a aplicar una política de reformas económicas y sociales antes del final de su primer mandato en el 2017.
Unos cinco mil candidatos
Tras la retirada a última hora de unos mil 400 candidatos, los iraníes deberán escoger entre cuatro mil 844 candidatos, entre ellos casi 500 mujeres, para renovar los 290 miembros del Parlamento.
Unos 159 candidatos, todos hombres, aspiran por su parte a ocupar los 88 puestos de la Asamblea de Expertos.
En las pasadas legislativas, en el 2012, los reformistas boicotearon los comicios en protesta contra la reelección del presidente ultraconservador Mahmud Ahmadinejad en el 2009, que consideraban fraudulenta, y dejaron así vía libre a los conservadores. La participación fue entonces del 64,2%.
Esta vez los reformistas participan en las elecciones y, para aumentar sus posibilidades, presentan una lista conjunta con los moderados (algunos de ellos conservadores) denominada “Omid” (“Esperanza”) .
Pero el Consejo de los Guardianes de la Constitución, que supervisa la votación y se encuentra bajo control de los conservadores, vetó a los progresistas más conocidos.
Frente a ellos, una gran coalición de conservadores que, en base a la línea del guía supremo Ali Jamenei, se preocupan por una eventual “infiltración” extranjera en Irán, tanto en el terreno político como económico y cultural.
Los expresidentes Mohamad Jatami (reformista) y Akbar Hachemi Rafsandjani (moderado) pidieron el voto masivo para los candidatos pro Rohani con tal de cortarle el paso “al extremismo” .
Rafsandjani y el propio Rohani optan a un puesto en esta Asamblea y esperan derrotar a los representantes más conservadores. Esto representaría una importante victoria para ellos, máxime cuando sus 88 miembros, elegidos para un período de ocho años, podrían designar al sucesor del ayatolá Jamenei, de 76 años.
Los primeros resultados parciales se conocerán el sábado.