Era una mañana como cualquiera, Miguel Ángel acudió a la escuela primaria Felipe Tzintzun como todos los días, cursaba el sexto grado de primaria y ese martes, casualmente su madre, Sonia Tamatz, acudió a la escuela; tenía una reunión del grupo de padres de familia.
Dicho encuentro fue interrumpido abruptamente por un grupo de maestros y alumnos quienes alertaron a Tamatz que su hijo estaba tendido en el suelo cerca de la puerta del aula.
De acuerdo con versiones de algunos testigos que cita el español El País, un estudiante tomó a Miguel Ángel del cuello como si quisiera estrangularlo, luego el pequeño cayó al suelo y un grupo de niñas comenzaron a patearlo en el estómago y el pecho.
La golpiza habría sido de tal magnitud que le provocó la muerte, la razón forense del deceso: “asfixia por bronco-aspiración de contenido gástrico biliar”, según detalló el informe de la Fiscalía estatal.
Medios locales citan que Miguel Ángel fue llevado por las autoridades educativas a una clínica particular cuyo doctor recomendó trasladarlo de inmediato a un hospital. No obstante no resistió y en medio del dolor murió antes de llegar al hospital civil “Doctor Gabriel García” de la localidad de Pátzcuaro.
Familiares exigen justicia y aseguran que el niño nunca se quejó de abuso de parte de sus compañeros.
Comienzan averiguaciones
La Comisión Estatal de Derechos Humanos de Michoacán (CEDH), abrió una investigación de oficio e inició las primeras investigaciones, de acuerdo con un boletín de prensa publicado en su sitio de internet.
La CEDH cita información que ha recopilado y que confirman que el menor fue golpeado por un grupo de “compañeras de la escuela”, tras lo cual quedó inconsciente y posteriormente perdió la vida.
“El personal de la CEDH tendrá que determinar si se trató de un caso de acoso escolar mejor conocido como “bullying” y si existió omisión por parte de las autoridades educativas para atender el mismo”, señala el boletín.
La CEDH externó su preocupación ante los índices de violencia en las escuelas y exhortó a las autoridades educativas, padres de familia y alumnos a detectar, prevenir y erradicar ese tipo de conductas en los planteles educativos.
“Generalmente —el acoso— comienza con burlas que se van intensificando, hasta agresiones físicas y/o verbales, dejando consecuencias psicológicas y emocionales, e incluso en casos más graves hasta la muerte”, cita la CEDH.