Se teme que las víctimas sigan en aumento. Además, más de 1.000 viviendas quedaron sepultadas bajo el barro y se cree que podría haber personas atrapadas adentro, después de que fuertes lluvias provocaran el desprendimiento de parte de una colina este lunes.
Una fuente del Ministerio de Salud habló de hasta 500 muertos, mientras el vicepresidente, Victor Foh, dijo a la prensa que “es probable que cientos se encuentren muertos bajo los escombros”.
El portavoz de la Cruz Roja, Abu Bakar Tarrawellie, dijo más temprano que la cifra de muertos rondaba los 205, pero aclaró que era probable que el número aumentara a medida que avanzaran las tareas de rescate, ya que todavía había unas 600 personas desaparecidas.
“El derrumbe se ha detenido. Pero el área está muy propensa a los desastres. Sigue habiendo una amenaza considerable para cualquiera. Así que alentamos a todos a abandonar la zona”, dijo Tarrawellie. “La recuperación es un enorme desafío”, agregó.
Las imágenes del desastre mostraban a los voluntarios ayudando a sacar cadáveres destrozados con sus propias manos en el barrio de Lumley. Las sirenas se escuchaban por todas partes. La gente intentaba atravesar las calles cubiertas de lodo y agua, que les llegaba hasta las caderas.
El presidente Ernest Bai Koroma visitó el distrito de Regent, una de las zonas más afectadas.
La temporada de lluvias en el país comúnmente dura desde mayo hasta noviembre.