Un informe parlamentario recomendó este lunes encaminar a la corte suprema de Brasil la denuncia de corrupción que podría acabar con el mandato del presidente conservador Michel Temer, por considerar que las sospechas se basan en “indicios serios y suficientes” .
“Tiene que haber una investigación de los hechos bajo sospecha” , dijo el diputado Sérgio Zveiter al recomendar a la Comisión de Constitución, Justicia y Ciudadanía (CCJ) de la Cámara pronunciarse a favor de la investigación de las denuncias formuladas por la Fiscalía General.
“Voto por la admisibilidad de la denuncia” , concluyó el diputado que pertenece al PMDB, el mismo partido de Temer, arrancando aplausos de los legisladores de la oposición.
El parecer de Zveiter debe ser sometido, en principio esta semana, al voto de los 66 miembros de la CCJ. Pero, independientemente del resultado, corresponderá al plenario de la Cámara de Diputados decidir si el caso debe ser transmitido al Supremo Tribunal Federal (STF) , única instancia capaz de abrir un juicio contra Temer.
Si ello finalmente ocurre, el mandatario sería apartado del cargo por un máximo de 180 días, abriendo una nueva crisis poco más de un año después de la destitución de la izquierdista Dilma Rousseff.
Temer fue acusado de recibir un soborno de 500.000 reales (150.000 dólares) de JBS, la mayor procesadora de carne del mundo, a través de un asesor al que la policía fotografió recibiendo una maleta con ese dinero antes de detenerlo.
La Fiscalía afirma que ese monto estaba destinado al presidente, que lo ha negado categóricamente.
Temer se ha mostrado confiado en tener una mayoría suficiente para archivar el caso en el Plenario, dado que la aprobación de su tramitación a la corte suprema debe ser aprobada por dos tercios de los escaños (342 de los 513 diputados) .
Erosión de la base oficialista
Pero la coalición gubernamental ha dado muestras de erosión desde la difusión a mediados de mayo de una grabación hecha por el dueño de JBS, en la que el jefe de Estado da su presunto aval al pago de un soborno para comprar el silencio de un exdiputado detenido.
Prueba de ello es la posición del propio Zveiter, así como los numerosos reemplazos hechos a última hora en la CCJ de aparentes miembros díscolos de partidos de la coalición.
Aliados de Temer, principalmente del PSDB (centroderecha) , señalaron últimamente que veían al presidente de la Cámara, el oficialista Rodrigo Maia, como alguien capaz de completar el accidentado mandato hasta fines de 2018.
La cúpula del PSDB, al que pertenece el expresidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002) , tenía previsto reunirse este lunes por la noche en Sao Paulo, para definir si permanece en la coalición, aunque según medios de prensa el encuentro podría posponerse.
Cardoso, en recientes tribunas, le pidió a Temer que presente su renuncia, en un “gesto de grandeza” .
La crisis retardó el avance de medidas prometidas por Temer para sacar a Brasil de la peor recesión de su historia y que son reclamadas por el mercado, como la reforma del sistema de jubilaciones.
El Senado debería aprobar, sin embargo, el martes la reforma de la legislación laboral, flexibilizando las reglas de contratación y dando a las negociaciones sectoriales o internas de la empresa preeminencia sobre la legislación vigente.
En caso de que la causa contra Temer llegara a la suprema corte y los 11 jueces de esa instancia dieran continuidad al proceso, Maia (del partido de derecha DEM) asumiría el cargo durante los hasta 180 días que Temer debería ser suspendido.
Si Temer fuera declarado culpable, sería destituido y el Congreso debería elegir a su sucesor 30 días después. De lo contrario, retomaría su presidencia.
La Fiscalía estudia además presentar otras denuncias contra Temer, por obstrucción a la justicia y formación de banda criminal, en base a una grabación entregada por un dueño de JBS, Joao Batista, en la que Temer da su presunto consentimiento a la compra del silencio de un exdiputado preso.
El abogado de Temer, Ant nio Cláudio Mariz de Oliveira, afirmó tras el alegato de Zveiter que esa grabación fue “cobarde” y tenía “motivaciones políticas”.
Defensa califica la acusación como una “infamia”
La defensa del presidente brasileño, Michel Temer, calificó de “infamia” la denuncia por corrupción formulada en su contra, después de que el instructor de una comisión parlamentaria que analiza el caso recomendó que la acusación sea aceptada por la Justicia.
“Es mentira, es infamia, es indigna”, declaró el abogado Antonio Claudio Mariz ante la Comisión de Constitución y Justicia de la Cámara baja después de que el diputado Sergio Zveiter, instructor de ese comité, recomendó acoger la denuncia y la apertura de un juicio penal que suspendería a Temer de sus funciones durante seis meses.
Antes de la intervención del abogado, Zveiter instó a la comisión a aceptar la denuncia, pues en su opinión contiene “serios indicios” de que Temer incurrió en el delito de corrupción pasiva, por el que fue formalmente acusado por la Fiscalía ante la Corte Suprema.
Al margen de que la comisión acepte o no la sugerencia de Zveiter, el trámite seguirá en el pleno de la Cámara de Diputados, en el que si dos tercios (342 de un total de 513) de los votos aceptan la denuncia se autorizará a la Corte Suprema a instaurar un juicio penal contra Temer.
En ese caso, el mandatario sería suspendido del cargo durante los seis meses que duraría el proceso y la vacante sería cubierta por el presidente de la Cámara baja, Rodrigo Maia.
El fiscal general, Rodrigo Janot, ha fundamentado su acusación en testimonios dados por ejecutivos del grupo JBS, que en el marco de un acuerdo de cooperación han afirmado que sobornan a Temer desde 2010 a cambio de favores políticos.
Además, entregaron un explosivo audio grabado por el dueño de ese grupo, Joesley Batista, durante una reunión que tuvo con Temer en la residencia oficial de la Presidencia y en el que relata, frente al silencio del mandatario, diversas maniobras ilegales que hacía en beneficio de esa empresa ante ministerios e incluso algunos jueces.
La acusación también sostiene que Temer sería el destinatario de 500.000 reales (unos 152.000 dólares) que su antiguo asesor Rodrigo Rocha Loures recibió del grupo JBS y estaban en una maleta que le fue entregada en una pizzería de Sao Paulo, lo cual fue filmado por la Policía Federal, que ya entonces le seguía.
Rocha Loures está bajo libertad vigilada, admitió la recepción del dinero y hasta lo entregó a la Justicia, pero no aclaró por qué le fue entregado ni si en realidad era para Temer, como sostiene Batista.
“Reto a la Fiscalía a que diga cuánto, dónde y cómo el presidente recibió ese dinero”, declaró el abogado, quien enfatizó que si Rocha Loures entregó a la justicia la suma recibida, “entonces está claro” que no llegó a manos de Temer.
El abogado alertó sobre el “peligro” para la gobernabilidad que traería aparejado un eventual juicio contra el mandatario y también aseguró que “un jefe de Estado no puede ser procesado por simples hilaciones” apoyadas en “pruebas falsas” y “fraudulentas”, como se refirió en particular a los audios presentados por Batista.