El cadáver de Rosales Mendoza apareció junto al de tres hombres más en la autopista Siglo XXI, que une Morelia -capital del estado- con la costa del pacífico.
Los cuerpos presentaban severas huellas de tortura e impactos de arma de fuego, y fueron abandonados en el estacionamiento de la caseta de peaje del poblado de Santa Casilda, en el municipio de Gabriel Zamora.
Narco
Rosales Mendoza fue detenido en octubre del 2004 en su residencia al sur de Morelia luego de ser identificado por el Gobierno mexicano como el responsable de organizar la irrupción el 5 de enero de ese año de un comando armado de más de 40 sicarios en el penal del municipio de Apatzingán, de donde se fugaron 25 reos, entre ellos cinco peligrosos asesinos.
El narcotraficante salió de prisión en mayo de 2014 y autoridades mexicanas lo recapturaron en agosto pasado pero logró evadir la prisión al pagar una fianza por el delito de portación de arma de fuego.
El Carlitos era investigado por la fiscalía de Michoacán como el narcotraficante que buscaba retomar el control de las operaciones de la producción y tráfico de drogas en el estado.
Antes de ser detenido, Rosales Mendoza fungió como jefe de los narcotraficantes Nazario Moreno González El Chayo, Servando Gómez Martínez La Tuta, Enrique Plancarte Solís El Kike y Dionisio Loya Plancarte El Tío, quienes abandonaron La Familia Michoacana y fundaron el cartel de Los Caballeros Templarios.
En el 2014, el Gobierno mexicano abatió a El Chayo y a El Kike, y detuvo a La Tuta y a El Tío.