La subasta iba a comenzar el jueves. Sin embargo, poco después del inicio de la subasta al mediodía, ya no era posible encontrar el anuncio en la web. “El objeto que solicita ya no se encuentra en la web”, reza un anuncio.
En un anuncio publicado en el sitio GunBroker, especializado en la venta de armas de fuego, Zimmerman describió la pistola como “el arma utilizada para defender (su) vida y poner fin a la brutal agresión de Trayvon Martin” .
Esa una “oportunidad de adquirir un pedazo de historia de Estados Unidos” , agregaba en el aviso a los potenciales compradores.
La pistola, una Kel-Tec PF-9 9 milímetros, iba a ser puesta a la venta a cinco mil dólares a las 11.00 (15.00 GMT) .
Pero hacia el final de la mañana, el vínculo había desaparecido y el arma ya no figuraba entre los objetos a subastar.
GunBroker no respondió a los llamadas de la AFP .
Zimmerman, que en ese entonces era vigilante de una urbanización, mató a Martin, de 17 años, quien había salido a comprar caramelos y regresaba pacíficamente a su casa.
En el juicio que siguió, Zimmerman logró ampararse con éxito en la legítima defensa y fue declarado inocente. La sentencia desató manifestaciones en más de cien ciudades y reavivó el debate sobre los prejuicios raciales contra los afroamericanos.
El Ministerio de Justicia había devuelto el arma a Zimmerman, según indicó él mismo en GunBroker.com.
Preguntado por el canal Fox News si le parecía bien vender el arma, Zimmerman dijo: “Soy un estadounidense libre y puedo hacer con mi patrimonio lo que quiero”. La oferta inicial estaba en 5.000 dólares.
Zimmerman afirmó que quería usar el dinero para luchar en la justicia contra lo que describió como la “violencia” del movimiento por los derechos civiles Black Lives Matter (Las vidas de los afroamericanos importan). Añadió que también quería evitar que prosperara la retórica anti-armas de la precandidata presidencial demócrata Hillary Clinton.
Por su parte, la Fundación Trayvon Martin dijo que no iba a hablar de la persona en cuestión, en referencia a Zimmerman. En Internet, la subasta desató una ola de comentarios de personas indignadas.
