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Hasta en su gran día, Biden sigue estando bajo la enorme sombra de Trump

Para Joe Biden, incluso una ceremonia triunfal para firmar una importante legislación doméstica apenas puede romper con la atención incesante sobre su predecesor.

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El presidente Joe Biden estrecha la mano del senador Joe Manchin (demócrata de Virginia Occidental) tras firmar la Ley de Reducción de la Inflación de 2022, en el Comedor de Estado de la Casa Blanca en Washington, el martes 16 de agosto de 2022. (Foto Prensa Libre: Doug Mills/The New York Times)

El presidente Joe Biden estrecha la mano del senador Joe Manchin (demócrata de Virginia Occidental) tras firmar la Ley de Reducción de la Inflación de 2022, en el Comedor de Estado de la Casa Blanca en Washington, el martes 16 de agosto de 2022. (Foto Prensa Libre: Doug Mills/The New York Times)

El martes pasado, poco antes de que el presidente Joe Biden firmara para convertir en ley un paquete de iniciativas que definen su legado, uno de sus aliados en el Congreso se lamentó de que los logros del presidente “a menudo escapan a la mirada pública”, mientras que otro lo contrastó con un expresidente que “se deleitaba creando caos”.

Nadie mencionó el nombre de Donald Trump durante la ceremonia en el Comedor de Estado de la Casa Blanca, pero, a pesar de ello, su presencia se hizo sentir, mientras Biden promulgaba importantes políticas climáticas, sanitarias y hacendarias para las empresas. Una de las principales razones por las que los logros de Biden parecen a menudo eclipsados en la opinión pública es porque Trump sigue creando el caos desde su exilio pospresidencial

Ningún otro presidente en funciones ha vivido con la sombra de su predecesor derrotado de la forma en que lo ha hecho Biden en el último año y medio. Sin importar lo que el presidente actual haga, suele acabar batallando para hacerse notar entre el circo que todo lo consume y que mantiene a Trump en la mirada pública. Ni el púlpito acosador de la Casa Blanca ha sido rival para el espectáculo de telerrealidad de Trump.

Tal vez eso no sea tan malo para Biden en todos los sentidos. Las noticias recientes sobre Trump no son nada envidiables: el FBI registra su casa para recuperar documentos confidenciales sustraídos de manera indebida de la Casa Blanca, su abogado principal es objeto de una investigación penal, su antiguo director financiero está a punto de llegar a un acuerdo de culpabilidad que lo enviará a prisión y el expresidente se ha acogido a la Quinta Enmienda en más de 400 ocasiones para evitar incriminarse en una investigación sobre sus actividades empresariales. “¿Será imputado?”, ese no es el tipo de mensaje de fondo que Biden quiere que aparezca junto a él.

Sin embargo, cuando se trata de dictar la agenda nacional se ha vuelto un hecho frustrante e ineludible de la vida en la Casa Blanca que a menudo Biden tiene dificultades para igualar al hombre al que venció. Hasta hace poco, Biden ya tenía bastantes dificultades para comunicar su agenda y sus éxitos y ahora se encuentra en un frenético ciclo de noticias dominado por múltiples investigaciones en varias jurisdicciones que implican a Trump y sus aliados.

“Biden no consigue reinventarse a sí mismo para lograr superar a Trump. No es algo que esté en su naturaleza y le saldría el tiro por la culata”, afirmó Kevin Madden, un consultor político republicano. “La mejor oportunidad que tiene para ofrecer el mayor contraste con Trump es centrarse en todo momento en los temas que más angustian al electorado: la inflación, la vivienda, el empleo y la seguridad financiera. Todos estos son temas en los que, si Biden puede cambiar las tendencias, logrará recuperar capital político”.

Esa es la estrategia que esperan emplear los asesores de Biden, con el argumento de que el paquete de políticas internas que firmó el martes 16 de agosto, junto con la caída de los precios de la gasolina y las inversiones en la industria de los semiconductores y en la atención médica a los veteranos, atraerá a los votantes más preocupados por su propio bolsillo que por los apuros judiciales de Trump.

“El pueblo estadounidense quiere que el presidente Biden se concentre en las cosas que impactan sus vidas y lo que va a hacer hoy es firmar un proyecto de ley que va a disminuir sus costos, la mayor de las preocupaciones que mencionan”, dijo antes de la ceremonia de firma, Kate Bedingfield, la directora de comunicaciones de la Casa Blanca.

El equipo de Biden reconoció de antemano que, tras la ceremonia del martes, los medios de comunicación por cable regresarían de inmediato a los últimos acontecimientos en los que estuviera involucrado Trump, por lo que optó por reforzar el mensaje del presidente con ayuda de funcionarios del Gabinete quienes concedieran entrevistas a organizaciones de medios de comunicación locales y regionales. La Casa Blanca subió a internet un video de la firma y redactó un artículo de opinión en nombre del presidente, el cual fue publicado en Yahoo News.

El presidente en funciones, que en fechas recientes ha aparecido menos en público debido a la covid y ahora a sus vacaciones de verano, celebrará un mitin en Maryland el 25 de agosto para iniciar una serie de actos destinados a mostrar sus logros con miras a la campaña de las elecciones de otoño, en las que los demócratas se enfrentan a una difícil pelea para conservar el Congreso. El presidente tiene prevista otra ceremonia en la Casa Blanca el 6 de septiembre para celebrar el proyecto de ley sobre el clima, la salud y los impuestos, que los demócratas han bautizado como Ley de Reducción de la Inflación, que trata de responder a las preocupaciones del público, aunque tal vez no reduzca mucho la inflación a corto plazo.

Dado que a los demócratas les preocupan los bajos índices de aprobación de Biden en las encuestas, la Casa Blanca publicó esta semana un memorándum en el que describe los planes para difundir la reciente serie de acciones. “Nuestro objetivo para las próximas semanas es sencillo: llevar nuestro mensaje (que sabemos que resuena en los grupos clave) y llegar al pueblo estadounidense allí donde está”, decía el memorándum.

El reto de Biden no es nada fácil. Solo el 41 por ciento de los estadounidenses dijo que estaba familiarizado con la legislación que se promulgó el 16 de agosto, según una encuesta de Reuters/Ipsos. Pero sus principales elementos gozan de un fuerte apoyo entre el electorado cuando se le informa de ellos, con un 62 y un 71 por ciento a favor de disposiciones como permitir a Medicare negociar precios más bajos de los medicamentos y ampliar los incentivos para las energías limpias.

Biden se basa en lo que Madden llamó “el enfoque analógico en un mundo digitalizado”, lo que ha hecho que sea difícil competir con Trump incluso cuando este último aparece con menos frecuencia en las noticias. A diferencia del expresidente, Biden no suele bombardear al público las 24 horas del día y los siete días de la semana, ni lanza cañonazos políticos a capricho para llamar la atención. Concede muchas menos entrevistas y se contenta con dejar que sus asesores hablen por él la mayor parte del tiempo.

No es el primer presidente que se enfrenta a la competencia de un predecesor o de un enemigo vencido, pero ninguno de ellos lo hizo en la era de los medios de comunicación omnipresentes.

La posibilidad de estar bajo la sombra de un predecesor hizo que Gerald R. Ford indultara a Richard M. Nixon después de que Watergate obligó al 37.° presidente de Estados Unidos abandonar el cargo. Ford no quería que todo su gobierno se estuviera inmerso en el espectáculo de un expresidente investigado y llevado a juicio. No obstante, Biden dejó en claro desde el principio que no concedería una clemencia similar a Trump, incluso si eso significaba una narrativa de distracción durante su propia presidencia.

Los asesores de Biden afirman que esperan utilizar la narrativa de distracción como un contraste para lograr su propósito. Para recuperar a los demócratas descontentos y a los independientes de izquierda a los que les preocupa que Biden no esté cumpliendo sus promesas de campaña, la Casa Blanca planea argumentar que la legislación y otras acciones de las últimas semanas demuestran que, aunque sea con retraso, está logrando las prioridades que les importan.

Bedingfield comentó que Biden argumentará que la democracia puede funcionar. “El presidente va a continuar poniendo sobre la mesa las opciones que tiene la gente: entre una agenda que trata de conseguir cosas para el pueblo estadounidense y una agenda que trata de derribar aquello que resguarda a nuestra democracia”, concluyó.