La excavación arqueológica alumbró los restos de una torre que formaba parte de la muralla durante la época denominada por el judaísmo del Segundo Templo -entre los años 530 a.C. y 70 d.C., cuya fachada occidental muestra “marcas de los proyectiles que los romanos dispararon desde sus catapultas a la guardia judía que defendía la muralla”, asegura ese organismo en un comunicado.
70 d.C., año en que se calcula la toma de Jerusalén por los romanos.
“Es un testimonio fascinante del bombardeo intensivo del ejército romano, encabezado por Tito en su camino para conquistar la ciudad y destruir el Segundo Templo (judío)”, explican en la nota los directores de la excavación, Rina Avner y Kfir Arbib.
Protección
“El bombardeo tenía como objetivo atacar a los centinelas que guardaban la ciudad y ofrecer protección para que las fuerzas romanas pudieran acercarse a las murallas con arietes para romper sus defensas”, detallan los arqueólogos.
Según el historiador romano de origen judío Flavio Josefo, la muralla se diseñó para proteger un nuevo barrio de la ciudad que se había desarrollado fuera de la ciudadela amurallada, al norte de las dos barreras que existían y fue comenzada por Agripa I, que suspendió su construcción para mostrar lealtad al emperador Claudio, lo que impidió que se acabase hasta dos décadas más tarde.
El reciente hallazgo en sus muros será presentado la próxima semana en la conferencia “Nuevos estudios de arqueología de Jerusalén y su religión” en la Universidad Hebrea de Jerusalén.