La historia “recordará también mis fracasos, que asumo y asumo en soledad, y entre ellos el de la postergación de la elección presidencial, mi mayor pena”, declaró durante su último discurso a la nación.
El proceso electoral fue suspendido tras las protestas de la oposición, que denunció un “golpe de Estado electoral” fomentado por el Gobierno.
En la primera vuelta de la elección presidencial, el 25 de octubre, el candidato oficialista, Jovenel Moise, había obtenido 32.76% de los votos, contra 25.29% para Jude Célestin, que calificó estos resultados de “farsa ridícula”.
La segunda vuelta, inicialmente prevista para el 27 de diciembre, fue reprogramada en primera instancia para el 24 de enero y luego postergada indefinidamente, lo que impidió a Michel Martelly entregar el poder a su sucesor el 7 de febrero, como prevé la Constitución.
El sábado, unas horas antes del fin del mandato presidencial, Martelly y los presidentes de las dos cámaras del Parlamento firmaron un acuerdo que prevé la elección de un presidente de transición por la Asamblea Nacional.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, saludó el domingo ese acuerdo que dispone la formación de un gobierno transitorio y llamó a todas las partes a aplicarlo.
Treinta años después del fin de la dictadura de los Duvalier, Haití muestra aún graves problemas para organizar elecciones que no sean sospechadas de fraude y que motiven la participación de la población.
La perspectiva de un vació de poder a largo plazo es una nueva dificultad para la débil economía del país más pobre de América Latina.