Sor Lucía fue una pastorcita que junto a sus dos primos afirmaron haber visto a la virgen María en la localidad de Cova de Iría, Fátima, Portugal. Según los registros de la Iglesia Católica, la aparición inició el 13 de mayo de 1917 y continuó durante los siguientes meses.
El camino a la santidad, de acuerdo con la doctrina católica, tiene varias etapas, entre las que resaltan: ser venerable siervo de Dios, ser beato, y finalmente ser santo. El primer título reconoce a una persona fallecida el “haber vivido las virtudes de manera heroica”.
Para que un venerable sea beatificado es necesario que se haya producido un milagro debido a su intercesión, como sucede en el caso de sor Lucía, y para que sea canonizado, hecho santo, se precisa un segundo milagro obrado “por intercesión” después de ser proclamado beato.
Posiblemente, el proceso de beatificación podría acelerarse por la visita que el papa Francisco realizará al santuario de Fátima a principios de agosto. Esta actividad se efectuaría en el marco de la participación del pontífice en la Jornada Mundial de la Juventud que se llevará a cabo en Lisboa, Portugal, durante la primera semana de agosto.
¡Un paso más cerca a los altares! 🙏
Este martes 22 de junio, el Papa Francisco declaró venerable a Sor Lucía, vidente de la Virgen de Fátima, con lo que está a un paso de su beatificación.
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¿Quién es sor Lucía?
Lucía Rosa dos Santos, conocida religiosamente como sor Lucía nació en Aljustrel, Portugal, el 28 de marzo de 1907 y fue bautizada dos días después. Al tener 10 años afirmó haber visto, por primera vez, a la virgen María en la Coba de la Iría, mientras estaba con sus primos Francisco y Jacinta.
La tradición católica sostiene que los tres niños vieron sobre una encima la imagen brillante de la virgen María, quien les ordenó que regresaran ese mismo día durante los seis meses siguientes. Además, afirma que a los pastorcitos se les reveló los tres famosos secretos: el primero expone el fin de la Primera Guerra Mundial, que se llevó a cabo entre los años de 1914 y 1918, y el segundo expone la muerte prematura de Francisco y Jacinta.
El último secreto fue revelado por sor Lucía al papa san Juan Pablo II en el 2002, aunque la visión fue entregada al vaticano en 1957. El texto profético fue relacionado con el atentado sufrido por el pontífice el 13 de mayo de 1981 en la plaza de San Pedro, en Roma.
La religiosa falleció el 13 de febrero del 2005, con 97 años, en el convento Carmelo de Santa Teresa de Coimbra, Portugal, donde vivía enclaustrada desde 1948. Sin embargo, en el 2006 sus restos mortales fueron trasladados a la Basílica de Nuestra Señora del Rosario en Fátima.
Cabe resaltar que el proceso de beatificación de sor Lucía inició antes de que ella cumpliera los cinco años de fallecida. Según la Iglesia Católica, los “trámites” de la beatificación empiezan después de este periodo de tiempo. Sin embargo, el papa Benedicto XVI indicó que la religiosa gozaba de gran reputación de santidad, lo cual ameritaba la omisión de esta norma.
