“En la región de Tillaberi, en Níger, toda una generación ha crecido rodeada por la muerte y la destrucción. Grupos armados atacaron varias veces escuelas y almacenes de comida y tienen como objetivo específico los niños en su reclutamiento”, explicó Matt Wells, director adjunto de Amnistía Internacional.
Amnistía publica el lunes un informe de 64 páginas sobre las consecuencias en menores, cada vez más graves, del conflicto en la región de Tillaberi.
Esta zona, conocida como las “tres fronteras”, es el escenario de ataques frecuentes de dos grupos yihadistas: el Estado Islámico del Gran Sáhara (EIGS)y el Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes, vinculado a Al Qaida.
Los ataques contra civiles en Níger provocaron la muerte de 544 personas entre el 1 de enero y el 29 de julio de 2021, mientras que durante este mismo periodo en 2020 fueron 397, según una base de datos citada por el informe.
De estas víctimas, unas 60 fueron niños, precisa la oenegé en su informe, que recoge varios testimonios sobrecogedores de adolescentes.
“En un momento, Wahab se detuvo para hablarles (a los yihadistas). Le dispararon a un lado y murió poco después”, explica un chico que en marzo contempló el asesinato de un amigo de 12 años.
“Pienso en Wahab y cómo lo mataron. Suelo tener pesadillas en que me atrapan hombres en moto o vuelvo a ver Wahab suplicando a los agresores”, añade otro amigo del adolescente muerto.
Según el informe, el EIGS parece el principal responsable del asesinato de menores de edad, mientras que GSIM suele reclutar a adolescentes de entre 15 y 17 años, sobre todo en el departamento de Torodi, cerca de Burkina Faso.
Los ataques contra escuelas, según Amnistía, también se producen con regularidad en la región de Tillaberi, donde 31 mil niños abandonaron la educación, más de 10 mil de ellos el año pasado.