Éste es un trastorno neurobiológico que forma parte de los trastornos del espectro autista que se relaciona con un conjunto de características mentales y conductas sociales.
Thunberg, que hace poco más de un año impulsó una “huelga escolar” para obligar al Parlamento Sueco a tomar acciones contra el cambio climático, dijo que antes de iniciar con su campaña no tenía “energía, amigos y no hablaba con nadie”.
Según varias entrevistas dadas a diferentes medios de comunicación, se escondía bajo su condición de autista, porque muchas personas lo veían como “una enfermedad o algo negativo”.
Poco a poco, esa niña que se escondía en los rincones de la escuela fue ganando fuerza cuando la atención de muchos se dirigían a la manifestación que hacía cada viernes fuera del Parlamento.
Ahora, Thunberg se ha abanderado con la causa ecologista mundial, recicla basura, limpia las playas, evita la carne y los aviones e increpa a gobernantes como Donald Trump en la Organización de las Naciones Unidas.
Superados los prejuicios relacionados con el trastorno de Asperger, Greta Thunberg considera que su condición se trata de un “super poder”.
Tony Attwood, psicólogo especialista en este síndrome, describió a las personas diagnosticadas como “conocidas por ser directas, decir lo que piensan, ser honestas y tener un fuerte sentido social”.
Esto justamente pasó el lunes 23 de septiembre cuando pronunció un fuerte discurso contra los mandatarios más poderosos del mundo diciendo: “Nos están fallando. Pero los jóvenes están empezando a entender su traición”.
Esto provocó un mensaje irónico de Donald Trump, quien tiene un hijo de 11 años llamado Barron y de quien se decide que es autista.
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