Daniel Grant Smith es un inglés de 41 años que el martes 27 de julio fue condenado a cadena perpetua tras reconocer que cometió un “acto de crueldad”.
Smith fue juzgado por asesinar brutalmente a Imogen Bohajczuk, de 29 años. Según informes, ella era su actual pareja y, después de una discusión, la golpeó, apuñaló, y después de matarla, agarró un esmalte de uñas rojo y escribió “Fui yo” en una de las piernas de la víctima.
De acuerdo con el juzgado que revisó el caso, Smith y Bohajczuk habían mantenido una relación durante varios meses la cual se caracterizó por abuso de alcohol y violencia.
El crimen ocurrió en Oldham, Reino Unido y el cuerpo de Bohajczuk fue encontrado tres semanas después.
Smith recibió la sentencia y según las autoridades, en febrero pasado, una discusión que tuvo la pareja derivó que Smith atacara a su novia y durante la pelea, la golpeó y la apuñaló un cuchillo de cocina.
Según las autoridades, Smith movió el cuerpo de Bohajczuk al dormitorio, buscó un esmalte de uñas rojo y escribió en la pierna de su novia muerta: “Fui yo”.
“Si hubiera querido dejar claro a la policía lo que había hecho, pudo haber ido a contárselo. Esto es un acto de crueldad y cruel triunfalismo”, afirmó juez Patrick Field, quien dictó la sentencia.
Después de asesinarla, Smith dejó el cuerpo en la casa, tomó la tarjeta bancaria y el smartphone de su víctima y vació su cuenta de ahorros con las que se comprobó que compró grandes cantidades de alcohol.
El cuerpo de Bohajczuk fue encontrado por un encargado de la residencia el 3 de marzo pasado y se reveló que el cadáver tenía rastros de heridas defensivas.
Smith fue arrestado el 5 de marzo y el 20 de julio se declaró culpable del asesinato de su novia.
En la lectura de su sentencia el juez resaltó los problemas de violencia y abuso doméstico que había tenido Smith en el pasado. Además, se evidenciaron sus problemas mentales, aunque se consideró que estos no fueron una atenuante para su terrible crimen.
“Aquí hubo crueldad porque profanaste el cuerpo de la mujer que acababas de matar para proclamar lo que acababas de hacer. Este acto es incompatible con cualquier remordimiento inmediato de su parte”, resaltó el juez. Además, recordó que la víctima era una joven madre y que su asesinato condenaba a su pequeño hijo a crecer sin el cuidado materno.
“En consecuencia, la sentencia por el asesinato de Imogen Bohajczuk es de cadena perpetua con una pena mínima de 17.5 años (menos los 143 días pasados en prisión preventiva), es decir, 17 años 40 días”, concluyó el Juez.