El comandante detalló que tanto las pistas, como los vestíbulos y los alrededores de las instalaciones están ya en manos de las fuerzas gubernamentales.
Asimismo, subrayó que las fuerzas regulares también se han hecho con el control del barrio de Tel al Rayan, uno de los dos distritos que las tropas asaltaron este jueves.
El Ejército iraquí comenzó este jueves el asalto del casco urbano del oeste de Mosul con una amplia ofensiva contra el aeropuerto, situado en el suroeste de la localidad, y los barrios de Tel al Ramán y de Al Maamun.
La fuente agregó que en los combates por la toma del aeródromo murieron 30 yihadistas y doce fueron capturados, entre ellos algunos occidentales, cuyo número y nacionalidad no precisó.
Además, las unidades de las fuerzas regulares asaltaron una fábrica de azúcar y las zona donde se ubican las residencias de los trabajadores.
El pasado domingo, el Ejército iraquí lanzó la tercera fase de la batalla de Mosul, con el objetivo de liberar los barrios del oeste de la ciudad, todavía en manos de los yihadistas, después de que el pasado enero fuera retomada toda la parte oriental de la urbe, principal bastión del EI en Irak.
Buscando explosivos
La Policía federal avanza a través casa por casa buscando explosivos. En una de ellas encuentran un mortero de fabricación casera y en otra un montón de fotocopias de Anba, la revista del EI.
Mientras tanto los buldóceres avanzan hacia el final del pueblo, donde empieza el aeropuerto, y reparan una carretera, al tiempo que los helicópteros siguen lanzando cohetes contra la fábrica de azúcar.
“Están atacando posibles carros bomba del EI en la fábrica. Desde allí arriba pueden ver cosas que aquí no vemos” , explica un soldado.
Una vez reparada la carretera, un convoy de vehículos blindados de la división de respuesta rápida empieza a moverse lentamente hacia la fábrica y hacia la entrada del aeropuerto.
En su avance los soldados pasan el cadáver de un combatiente del EI medio carbonizado en su motocicleta y estalla un artefacto explosivo, sin dejar heridos.
De pronto los soldados empiezan a ametrallar la fábrica desde sus vehículos militares Humvee. “¡Hay francotiradores! dentro!” , grita un soldado, mientras los que van a pie se refugian detrás de los blindados.
Parte del convoy se dirige hacia el aeropuerto, donde en la entrada se ve un edificio en ruinas que alguna vez tuvo dos pisos. Todo el aeropuerto está destrozado, lleno de escombros y a penas se reconoce lo que fue la pista de despegue.
“Desde el sur hasta el norte está completamente destrozado”, confirma el brigada general Abas al Juburi, de una de las unidades de respuesta rápida. “Los terroristas empezaron a destrozarlo desde el primer día de la operación” contra Mosul, afirma.
Dentro del recinto, unidades de zapadores buscan los llamados artefactos explosivos improvisados mientras fuera otros militares empiezan a celebrar la toma del aeropuerto, incluso con selfis.
Uno de ellos ha traído una bandera negra del EI y ahora posa con ella, puesta al revés y con gesto desafiante.