Los gases alcanzaron al gobernador y excandidato presidencial Henrique Capriles, denunció la coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
“Reprimieron con bombas lacrimógenas y perdigones la marcha convocada hasta el CNE, y agredieron” a Capriles, señaló un reporte de la MUD.
Los gases frenaron el avance de los opositores, tras lo cual policías y militares formaron una barricada que los obligó a volver al punto de partida en Bello Monte (este).
“El pueblo quiere cambio, sus trampas sólo fortalecen nuestra determinación”, expresó Capriles, quien, portando una gran bandera de Venezuela, encabezó la marcha en Caracas.
La MUD, que controla el Parlamento, acusa al CNE de ser un aliado del gobierno y de usar “tácticas dilatorias” para evitar que el referendo se realice este año.
“El gobierno es tan cobarde que le tiene miedo al pueblo, no permiten que avancemos (…) No queremos mostrar ningún vestigio de violencia, es una marcha por la paz”, declaró el jefe de la bancada parlamentaria de la MUD, Julio Borges.
En otros estados, como Zulia (noroeste), los agentes de la GNB también trancaron las calles para impedir que los manifestantes llegaran a la sede regional del órgano electoral.
Once estaciones del metro fueron cerradas en prevención de incidentes en Caracas, según reportes de vecinos y la prensa local. En el centro, distante de las marchas de los opositores, otros miles de chavistas marchaban contra una ley de vivienda aprobada por la oposición.
El 3 de mayo recién pasado, la MUD entregó 1,8 millones de firmas al CNE para pedir la activación del referendo, aunque la ley exige poco menos de 200 mil (1% del padrón electoral), y el lunes vencía el plazo para que el CNE contabilizará ese mínimo.
La oposición exige que el CNE continúe el siguiente paso del proceso y convoque a los firmantes a validar sus rúbricas con la huella dactilar, lo cual debe hacerse en un lapso de cinco días.
Ni las firmas ni los tiempos
Las acciones de las fuerzas de seguridad obligaron al repliegue de los manifestantes opositores, mientras que en el centro, distante de ellos, otros miles de chavistas marchaban contra una ley de vivienda aprobada por el Parlamento de mayoría opositora, pasando incluso cerca del CNE.
El pasado 3 de mayo, la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) entregó 1,8 millones de firmas al organismo electoral para pedir la activación del referendo, aunque la ley exige poco menos de 200.000 (1% del padrón electoral) , y el lunes vencía el plazo para que el CNE contabilizara ese mínimo.
La oposición exige que el CNE continúe el siguiente paso del proceso y convoque a los firmantes a validar sus rúbricas con la huella dactilar, lo cual debe hacerse en un lapso de cinco días.
Una vez que sean validadas esas firmas, la MUD deberá recolectar otras cuatro millones de rúbricas, en tres días, para que el referendo sea convocado. Para revocar a Maduro el “Sí” debería lograr más de los 7,5 millones de votos con los que fue elegido.
“El gobierno es incapaz de solventar los problemas que enfrentan los venezolanos, de escasez y desabastecimiento (…) Se empeña en no reconocer la realidad, amparándose en el control que tiene sobre los poderes públicos” , afirmó el vicepresidente del Parlamento, Enrique Márquez.
La crispación entre opositores y chavistas aumenta porque el CNE no se ha pronunciado hasta ahora sobre la primera fase de revisión de las planillas, hecha con testigos de la oposición y el oficialismo.
Jorge Rodríguez, expresidente del CNE y titular de la comisión veedora designada por Maduro, acusó el lunes a la oposición de cometer “fraude” , pues según él “más del 11% de las planillas” que contienen las firmas “están incompletas” .
“No les dan ni las firmas ni los tiempos” , sentenció Rodríguez, al considerar que el referendo no podría realizarse este año.