El Papa instó a “no quedar indiferente e inmóvil ante la violencia y las injusticias que reinan en el mundo”, expuso.
“Tenemos todos la responsabilidad de obrar para que el mundo se convierta en una comunidad de hermanos que se respeten, se acepten en su diversidad y se cuiden unos a otros”, agregó.
Francisco comenzó la jornada en la Basílica de San Pedro en el Vaticano con una misa en ocasión de la jornada mundial de la paz ante cientos de personas, entre ellos los embajadores y representantes del cuerpo diplomático acreditado en la Santa Sede.
Más tarde, el Pontífice efectuó una visita no programada a la basílica romana de Santa María la Mayor, donde rezó frente a la imagen de la Virgen, como lo había hecho al día siguiente de su elección como papa, el 13 de marzo del 2013.
El Papa envió a las iglesias de todo el mundo un mensaje para ser leído durante la jornada de la paz, el cual se centra en “la fraternidad” como arma para combatir la crisis económica y las guerras.
Fiel a su estilo sencillo y familiar, el Papa concluyó el ángelus saludando a la muchedumbre congregada en la plaza de San Pedro bajo un sol primaveral con un “¡buen año y buen almuerzo!”.