“Hoy vemos una forma de egoísmo. Vemos que algunos no quieren tener hijos. A veces tienen uno, y ya, pero en cambio tienen perros y gatos que ocupan ese lugar”, subrayó el papa durante la primera audiencia general del año en la sala Pablo VI.
El pontífice exhortó también a las instituciones para que faciliten los procesos de adopción, de modo que el sueño de los niños que necesitan una familia y de las parejas que desean acogerlos se haga realidad.
“La negación de la paternidad y de la maternidad nos menoscaba, nos quita humanidad, la civilización se vuelve más vieja”, dijo.
El papa volvió a criticar el llamado “invierno demográfico” y la “dramática caída de la natalidad” que se registra en numerosos países occidentales e instó a tener hijos o a adoptarlos.
“Tener un hijo siempre es un riesgo, ya sea natural o adoptado. Pero más arriesgado es no tenerlo. Más arriesgado es negar la paternidad, negar la maternidad, ya sea real o espiritual”, recalcó el pontífice.
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Al final de la audiencia, como es habitual, el papa asistió a varios números preparados por un circo con payasos, malabaristas, bailarines y músicos, en un ambiente festivo que contrastaba con el escenario solemne del Vaticano.