El enigma en torno al vuelo MH370 de la aerolínea malasia recobró protagonismo cuando Johnny Bgue, encargado de un equipo de limpieza de la playa de La Reunión, se topó con ese fragmento el miércoles y un día después con una maleta parcialmente destruida.
El “flaperon” tomó hoy la ruta por carretera hacia Balma, en las afueras de Toulouse (sur de Francia) , donde se ubica el DGA TA, laboratorio dependiente del Ministerio de Defensa y especializado en investigaciones técnicas sobre accidentes de aviones.
Pero el peritaje no comenzará hasta el miércoles, margen concedido para garantizar la llegada de todos los expertos que van a llevarlo a cabo.
Ese análisis se efectuará en presencia de un juez de instrucción, de la sección de investigación de la Gendarmería de Transporte Aéreo (SRGTA) , de un miembro de la Oficina francesa de Investigación y Análisis (BEA), de un experto aeronáutico malasio y de un representante de las autoridades judiciales de ese país.
El fabricante aeronáutico estadounidense Boeing anunció ayer además el envío de un equipo técnico a Francia para colaborar en esa labor.
En su punto de mira, su número de serie, con el que determinar su procedencia, y posteriormente la búsqueda de cualquier elemento que permita dilucidar si el aparato explotó durante el vuelo o impactó directamente contra el agua.
El ministro australiano de Transportes, Warren Truss, señaló este jueves que el fragmentó se localizó en una ruta que concuerda con los análisis del posible trayecto del avión desaparecido, pero advirtió de que es improbable localizar el resto de la aeronave.
Australia insistió un día después en que “cada vez es más seguro” que pertenezca al avión malasio, una tesis compartida por las autoridades malasias, que aseguran que ese pedazo es de un Boeing 777.
Su pertenencia, según los medios franceses, podría quedar demostrada este mismo miércoles, pero las conclusiones del análisis no se esperan hasta dentro de semanas.
La maleta, por su parte, quedará en manos del Instituto de Investigación Criminal de la Gendarmería Nacional francesa (IRCGN) , a las afueras de París.
En la costa de La Reunión se halló también esta semana una botella con inscripciones en chino y otra en indonesio, pero su buen estado de conservación hace pensar que podría proceder de algún barco de pesca.
La investigación de la Fiscalía de París contempla los cargos de homicidio involuntario y presunta destrucción intencionada de ese aparato que, según los expertos, 40 minutos después de su despegue de Kuala Lumpur y de que alguien apagara el sistema de comunicación desapareció tras cambiar de rumbo en una acción “deliberada” .
A bordo viajaban 239 personas: 153 chinos, 50 malasios (12 formaban la tripulación) , siete indonesios, seis australianos, cinco indios, cuatro franceses, tres estadounidenses, dos neozelandeses, dos ucranianos, dos canadienses, un ruso, un holandés, un taiwanés y dos iraníes.
“Quiero la verdad”, ha afirmado en los medios el francés Ghyslain Wattrelos, que perdió en ese accidente a su mujer y a dos de sus tres hijos y que subraya que la única manera de poder comenzar el duelo y superarlo es conocer lo sucedido.