“Un niño que espera su turno en el crematorio para su hermano muerto en la espalda. Es la imagen que tomó un fotógrafo americano, Joseph Roger O’Donnell, después del bombardeo atómico en Nagasaki. La tristeza del niño sólo se expresa en sus labios mordidos y rezumados de sangre”, dice la escitura al pie de la imagen.
ACI Prensa, citando a Vatican News, comparte también un fragmento de lo que el fotógrafo O'Donnell dijo sobre la captura de la imagen: “Vi a este niño que caminaba. Tendría unos diez años. Noté que cargaba a un niño sobre sus espaldas. En esos días era una escena muy común en Japón. Con frecuencia nos cruzábamos con niños que jugaban con sus hermanitos o hermanitas en la espalda, pero ese niño tenía algo distinto”.
El papa Francisco ha sido muy crítico con los episodios de guerra en el mundo y siempre ha mostrado su preocupación por las secuelas de los conflictos.
El llamado del Papa concuerda con las palabras del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, que este domingo mostró su preocupación por el latente riesgo de exterminio de la humanidad debido a la sofisticación de las armas nucleares en el mundo.