“Si la madre hubiese estado en el baño fumando crack, estaríamos ante una historia diferente, pero eso no fue lo que pasó”, aseguró el fiscal.
El pasado 28 de mayo, los responsables del Zoológico de Cincinnati tuvieron que sacrificar al gorila Harambe para evitar que el niño fuera atacado por el simio, que, según defensores de los animales, mostraba una actitud protectora hacia el menor, quien no sufrió heridas de consideración.
En redes sociales varias personas criticaron a la madre por no haber estado pendiente de su hijo cuando cayó al foso del gorila, cuya muerte ha suscitado una gran polémica.
La decisión del fiscal también se basó en una visita de trabajadores sociales para determinar el ambiente familiar del menor y no encontrar ningún problema.
El niño se encaramó a una barrera de la zona donde se exhibía al gorila y se precipitó unos cuatro metros hasta un estanque poco profundo.
Cuando el gorila se acercó al niño, los responsables del zoológico decidieron matar al gorila.
El zoológico se enfrenta a posibles multas por parte del Departamento de Agricultura por no haber asegurado adecuadamente la zona donde estaba el animal.