Los datos del ensayo clínico muestran que el medicamento funciona con rapidez, ya que comienza a disminuir la depresión desde el tercer día, mucho más rápido que los antidepresivos en general, que a veces requieren dos semanas o más para hacer efecto. Eso —aunado al hecho de que se toma durante solo dos semanas, no meses— puede alentar a más pacientes a aceptar el tratamiento, según los expertos en salud mental materna.
Quizá el aspecto más significativo de la aprobación no sean las características del fármaco, sino el hecho de que esté destinado de manera explícita a la depresión posparto. Varios médicos y otros expertos afirmaron que, aunque existen otros antidepresivos eficaces para tratar este trastorno, el hecho de que haya un medicamento específicamente desarrollado para su tratamiento podría ayudar a reducir el estigma de la depresión posparto al enfatizar que tiene bases biológicas y no es algo de lo que las mujeres deban sentirse culpables.
La esperanza es que aliente a más mujeres a buscar ayuda e invite a más obstetras y médicos familiares a identificar los síntomas y sugerir una terapia o tratamiento.
“Estamos hablando de una población de pacientes que con mucha frecuencia pasa inadvertida”, afirmó Ruta Nonacs, psiquiatra del Centro para la Salud Mental de las Mujeres del Hospital General de Massachusetts. “Cuando a las mujeres les dicen: ‘Tienes depresión posparto’, sienten vergüenza, es denigrante, las hace sentir malas madres”.
Y agregó: “Tomar antidepresivos está estigmatizado, así que esto podría hacer que sea más atractivo porque se trata de un tratamiento específico para la depresión posparto”.
Se calcula que, en Estados Unidos, entre 10 y 15 por ciento de las mujeres que dan a luz experimentan depresión durante el embarazo o el año posterior. Esta enfermedad puede venir acompañada de ansiedad intensa , vergüenza, culpabilidad, trastornos del sueño, ataques de pánico y pensamientos o intentos de suicidio. Y puede dificultar que las madres proporcionen a sus bebés los cuidados, el vínculo afectivo y la crianza que son cruciales para un desarrollo sano.
“Tener acceso a un medicamento oral será una opción benéfica para muchas de esas mujeres que lidian con sentimientos extremos, los cuales en ocasiones pueden poner en riesgo la vida”, comentó en una declaración Tiffany R. Farchione, directora de la división de la FDA responsable de la aprobación.
El medicamento, zuranolona, que se venderá con el nombre comercial de Zurzuvae, fue desarrollado por Sage Therapeutics, una empresa de Massachusetts que lo produce en asociación con Biogen. Se espera que esté disponible después de que la FDA termine una revisión de 90 días por la que deben pasar los medicamentos que afectan el sistema nervioso central, explicó Sage. Las empresas no han dado a conocer el precio que tendrá.
Las farmacéuticas también solicitaron la aprobación para el uso del medicamento en el trastorno depresivo mayor, que podría tener un mercado mucho más grande. La FDA no ha dado a conocer su decisión sobre esta parte de la solicitud. Varios expertos en psiquiatría han señalado que los datos sobre su uso para tratar ese trastorno son menos convincentes.
Los médicos afirman que el Zurzuvae no se administraría a todas las pacientes con depresión posparto. Quienes tengan una depresión leve a moderada, podrían beneficiarse de la terapia hablada. Kimberly Yonkers, jefa del departamento de psiquiatría de la Facultad de Medicina Chan de la Universidad de Massachusetts, afirmó que no recomendaría Zurzuvae a pacientes con depresión recurrente de larga duración ni a “alguien que sufra un episodio grave con intento de suicidio u hospitalización, porque no se le debe dar un tratamiento durante dos semanas y luego interrumpirlo”.
Comentó que entre las pacientes a quienes recomendaría este tratamiento están “quienes no hayan respondido del todo a otro antidepresivo”.
Alison Reminick, directora del programa de salud mental reproductiva de las mujeres de la Universidad de California, en San Diego, comentó que alrededor del 10 por ciento de sus pacientes podrían tomar el medicamento. Entre ellas estarían quienes sufren depresión por primera vez, ya que están en mayor riesgo de desarrollar trastorno bipolar, comentó la especialista. Comentó que si bien medicamentos como Lexapro, Zoloft, los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, o ISRS, funcionan, pueden causar manía en esas pacientes.
También ofrecería Zurzuvae a las mujeres cuya depresión estuviera acompañada de ansiedad o insomnio porque los estudios sugieren que puede aminorar esos síntomas.
“Estoy muy a favor de los ISRS”, comentó Reminick, pero hizo notar que muchas pacientes se resisten a tomar medicamentos. “Me parece que será mucho más fácil que lo intenten si solo será por dos semanas”.
Los datos enviados a la FDA se obtuvieron de dos ensayos clínicos financiados por la farmacéutica en los que participaron alrededor de 350 pacientes. La mayoría de quienes tomaron Zurzuvae (72 por ciento en un ensayo y 57 por ciento en el otro) respondieron clínicamente al tratamiento después de dos semanas, lo cual significa que sus puntajes en una escala de depresión estándar mejoraron en un 50 por ciento o más.
Los principales efectos secundarios de Zurzuvae fueron la somnolencia y el mareo. Las participantes en el ensayo clínico no mostraron indicios de un aumento de los pensamientos suicidas ni de síntomas de abstinencia tras suspender el fármaco.
Amy Bingham, de 33 años, quien vive en Gibsonville, Carolina del Norte, tomó Zurzuvae en un ensayo clínico en 2018, más o menos seis meses después de dar a luz a su hijo Benjamin.
Bingham, quien trabaja desde casa para un servicio telefónico de atención a clientes, padeció depresión durante la adolescencia, pero sus síntomas de depresión posparto fueron diferentes, ya que incluyeron ataques de pánico, llanto y dificultad para respirar.
Los puntajes de depresión que registró en el ensayo mejoraron al tercer día de tomar el medicamento y alcanzaron niveles de remisión al día 15, según los datos compartidos con The New York Times.
Conforme al procedimiento estándar en dichos ensayos, Bingham no sabía si la píldora que tomó durante dos semanas era Zurzuvae o un placebo. Dijo: “Al principio no noté mucha mejoría. Tardé alrededor de un mes en empezar a notar algunos de los beneficios”.
Pero con el tiempo comenzó a sentirse más tranquila.
“Ya no pasaba tantos días llorando”, continuó. Acabó por sentir que podía disfrutar del tiempo que pasaba con su hijo.
El Zurzuvae contiene una versión sintética de un neuroesteroide u hormona cerebral llamada alopregnanolona, que produce la progesterona y ayuda a regular un neurotransmisor relacionado con el estado de ánimo, explicó la doctora Samantha Meltzer-Brody, directora del Centro de Trastornos del Estado de Ánimo de la Mujer de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill e investigadora principal de los ensayos de Zurzuvae para la depresión posparto.
Durante el embarazo: “los niveles de estrógeno y progesterona aumentan varias veces y luego disminuyen de manera muy marcada durante el parto”, explicó. Añadió que, por razones genéticas o de otro tipo, las mujeres que desarrollan depresión posparto parecen especialmente sensibles a ese aumento y descenso, que también reduce los niveles de alopregnanolona.
Normalmente, “el aumento de alopregnanolona ayuda a hacer frente al estrés agudo”, explica Amy VandenBerg, farmacéutica psiquiátrica de la Universidad de Míchigan.El Zurzuvae podría tratar la depresión posparto reponiendo la alopregnanolona y dirigiéndose a los mismos neurotransmisores para estabilizar el estado de ánimo.
“No es el único tratamiento para combatir la depresión posparto, pero la innovación y la emoción se debe a que es específico, diseñado para tratar la depresión posparto basándose en posibles causas biológica”, manifestó Wendy Davis, directora ejecutiva de Postpartum Support International, una organización sin fines de lucro que crea conciencia y brinda recursos para quienes pasan por problemas de salud mental materna. “Te ayuda a entender que lo que sientes en este momento tiene un motivo biológico”, dijo y agregó: “No es tu culpa”.