“Se tiene que unir el mundo, esto no es nada más de Estados Unidos y México. Los gobiernos de Europa están viendo lo que está pasando con el fentanilo. Sabemos que otros países en Latinoamérica ahora lo están viendo con muchísimo más interés porque es un veneno, porque es una droga que se produce mucho más fácil”, dijo Salazar.
El tráfico ilícito de esta sustancia, un opioide sintético que puede ser hasta 50 veces más poderoso que la heroína y que ha matado a decenas de miles de estadounidenses, se ha convertido en uno de los mayores focos de tensión entre ambos gobiernos toda vez que la mayor parte de esta droga llega a Estados Unidos desde China vía México.
“Hace cinco años no se hablaba mucho del fentanilo, ahora se está hablando por todo el mundo”, añadió el embajador.
El viernes, el Departamento de Justicia acusó a 28 personas de tráfico de fentanilo, entre ellos tres hijos hijos del capo narcotraficante recluido en Estados Unidos Joaquín “El Chapo” Guzmán, así como proveedores de precursores químicos en China, un intermediario en Guatemala, operadores de laboratorios clandestinos de México, un traficante de armas e implicados en lavado de dinero.
Uno de los hijos de Guzmán, Ovidio, fue detenido el 5 de enero en la ciudad de Culiacán (noroeste), en un operativo que dejó 10 militares y 19 presuntos delincuentes muertos. Estados Unidos pidió a México su extradición en febrero pasado.
Otros siete miembros de esta red ya fueron detenidos en Colombia, Grecia, Guatemala y Estados Unidos.
Desde agosto de 2021 hasta agosto de 2022, según cifras oficiales, 107 mil 735 personas murieron por sobredosis de drogas en Estados Unidos, dos tercios de ellas por opioides sintéticos, principalmente fentanilo.
Legisladores republicanos han promovido, hasta ahora sin éxito, una iniciativa para declarar terroristas a los cárteles mexicanos y de ese modo abrir la puerta a la intervención armada en México para combatirlos