Aseguró ignorar aún si le permitirán la entrada al país el día 17, pero reafirmó: “¿Va a continuar la defensa si impiden la entrada? Sí.”
“Si el gobierno decide que no entro no voy a provocar ningún incidente, ni forzar un escándalo en la frontera. Espero que no lo decida así. Si decide que sí, haré lo que hago siempre (…) me pongo a la disposición del gobierno (…) por si quiere hablar”, afirmó en tono conciliador.
“No veo ninguna otra salida, y creo que la oposición es más impaciente que yo, que una salida a través del diálogo y del pacto”, agregó.
A finales de abril, el presidente Maduro había acusado a González, un socialista que gobernó España entre 1982 y 1996, de apoyar, “ganando un sueldo muy grande en euros”, un golpe de Estado en su contra con la complicidad de grupos de ultraderecha.
Pero los ataque no pararon ahí.
“Dijo ayer el presidente de Venezuela ‘vienen en mayo porque quieren incidir en la campaña electoral de España”, que el día 24 celebra comicios municipales y regionales, afirmó González, asegurando que su viaje coincide simplemente con el inicio, el 19, del juicio contra López, acusado de incitar a la violencia en las masivas protestas de principios de 2014.
A quienes critican que un exlíder socialista defienda a políticos conservadores lanzó: “No estoy evaluando lo que piensan (…) las convicciones democráticas empiezan por defender a aquellos que no piensan como uno, a defender sus derechos.”
Y lamentó “el deterioro del sistema democrático” y “el retroceso en las libertades” en el país latinoamericano. “Lo que pasa en Venezuela es, lamento decirlo, dramático. Es dramático en libertades, en seguridad física y en desastre, no crisis, desastre económico”, fustigó.