“El desarme es una realidad y con él los avances para consolidar la paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y darles a los colombianos mucha más tranquilidad”, dijo el presidente Juan Manuel Santos este lunes al anunciar que el 27 de junio se hará un acto de cierre de esta etapa.
El grupo rebelde más antiguo del continente deberá consignar el 40% de sus armas a la misión de Naciones Unidas (ONU), responsable de este procedimiento, en los 26 puntos de concentración de unos siete mil combatientes. El otro 60% lo consignó en las dos últimas semanas.
Según el mandatario, unos cinco mil 800 guerrilleros, incluidos los privados de libertad, y milicianos ya han entregado sus armas a la ONU. “Ya iniciaron su proceso de reincorporación a la vida civil” , añadió.
Vida civil
Tras entregar el fusil, la ONU expide certificados de Dejación de Armas que permitirán a los excombatientes iniciar su tránsito a la legalidad y a movimiento político, cuya definición se realizará durante un congreso del grupo rebelde previsto para agosto.
Posteriormente cada miembro de las FARC “firma un acta de compromiso ante la oficina del Comisionado de Paz de no volver a empuñar las armas so pena de perder los beneficios”, recordó Santos.
Parte de este proceso será acompañado por el secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Políticos, Jeffrey Feltman, quien este lunes se reunió con Santos y el equipo que verifica la implementación del acuerdo.
“Sabemos que las partes han tenido desafíos en la implementación de este histórico acuerdo (…) pero superaron esas dificultades y la implementación está avanzando”, afirmó el Feltman, cuya visita al país durará cuatro días.
El pacto de paz entre el Gobierno y las FARC firmado en noviembre, tras cuatro años de negociaciones en Cuba, ambiciona poner fin a un conflicto armado de más de medio siglo, que ha dejado unos 260 mil muertos, más de 60 mil desaparecidos y 7.1 millones de desplazados.
“Ya estamos cerrando para siempre este nefasto capítulo que significó para los colombianos esta guerra entre hermanos. Se vislumbra la paz!”, escribió en Twitter el comandante guerrillero y negociador de paz Pablo Catatumbo.
El desarme de las FARC se acerca a su fase final, después de que el sábado en la tarde un atentado con explosivo dejara tres muertos, incluida una ciudadana francesa, en el centro comercial Andino, ubicado en un concurrido y turístico barrio del norte de Bogotá.
Tras el atentado, Santos defendió el proceso de paz y tanto las marxistas (FARC) como el guevarista Ejército de Liberación Nacional (ELN), única guerrilla activa del país, acusaron a los enemigos de la pacificación del hecho violento.
Las caletas
Según el acuerdo, el desarme debía terminar a finales de mayo, pero las partes anunciaron una prórroga por problemas logísticos.
Después de esta etapa, la ONU “seguirá avanzando con el cuidado necesario y toda la celeridad posible en la extracción de las armas que están en las caletas” o en depósitos escondidos de la guerrilla, que las cifró en más de 900, explicó Santos el lunes.
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Estas caletas deberán ser ubicadas y destruidas por la ONU a más tardar el 1 de septiembre, cuando se logrará el desarme total de esta guerrilla.
El acuerdo de paz prevé que las armas de las FARC se fundan y se utilicen para elaborar tres monumentos que serán colocados en la sede de la ONU en Nueva York, en Cuba y en Colombia.
El gobierno de Santos busca la “paz completa” en Colombia, por lo que en paralelo realiza negociaciones con el ELN desde febrero en Quito. Esas conversaciones se realizan sin que haya un cese al fuego.