Advirtió de que se trata de una primera estimación y que la cifra puede aumentar con cálculos más detallados.
Además, se sumarán “varios costes a medio plazo” derivados, por ejemplo, de cancelaciones de encargos desde el exterior o de viajes de turistas, explicó el ministro, según el cual los golpistas “han creado una imagen de Turquía como si fuera del Tercer Mundo” .
Reconoció asimismo que en el sector turístico se producirán cancelaciones por parte de los más de tres millones de funcionarios turcos a quienes el gobierno ha suspendido sus vacaciones anuales.
Según el ministro, ya se ha registrado un millón de cancelaciones de reservas.
La asonada y sus consecuencias es un golpe más para el turismo turco, debilitado ya por varios ataques terroristas y un boicot durante meses de Rusia a raíz del derribo de un caza ruso por parte de Turquía en noviembre pasado, levantado hace pocos días.
Por otro lado, Tüfenkci se congratuló de que a pesar de la tensa situación creada tras el “golpe de Estado” se pudo evitar cerrar bancos y bolsas, y aseguró que no hubo grandes fugas de capital extranjero.
La agencia de calificación crediticia Standard and Poors (S&P) degradó no obstante, el pasado día 20, la solvencia de Turquía y la deuda a largo plazo del país, tanto en moneda local como extranjera, en un escalón, hasta dejarla en el bono basura o grado especulativo.
La agencia ve riesgos para la futura capacidad de pago del país porque considera que a raíz del golpe se está polarizando el escenario político y deteriorando los equilibrios institucionales.