El matrimonio declarará ante el juez José de la Mata, que también tomará declaración al día siguiente al hijo mayor del matrimonio, Jordi Pujol Ferrusola, por la misma causa.
La Justicia española investiga al hijo del expresidente catalán desde el 2012 a raíz de una denuncia de una exnovia sobre sus viajes a Andorra con mochilas llenas de billetes de 500 euros.
De la Mata citó al matrimonio y a su primogénito al constatar que los miembros de la familia Pujol-Ferrusola han orquestado durante años “una estrategia compartida y coordinada para desarrollar distintos negocios económicos” , ocultar los beneficios y “distribuirlos entre todos” para conseguir “el lavado de los activos conseguidos” .
Cree por ello que el clan familiar actuaba como una organización para ocultar su fortuna.
El juez extrajo estas conclusiones tras conocer el resultado de la comisión rogatoria cursada a Andorra en el marco de la investigación al primogénito de los Pujol.
Entre los indicios recogidos por el juez, se encuentra una cuenta abierta por Jordi Pujol Ferrusola en el 2000 con el ingreso de 1.84 millones de euros (2 millones de dólares) , y que fue vaciada en el 2010 con un saldo de 1.14 millones de euros, con un documento en el que el hijo del histórico dirigente explica que el dueño de esos fondos es su padre.
Además del matrimonio y de su hijo mayor, el juez imputó a otros dos hijos, Pere y Josep Pujol.
El principal motivo por el que el juez cita al matrimonio es que el comunicado público que hizo el expresidente catalán en julio del 2014, asegurando que su fortuna en Andorra respondía a una herencia de su padre, “no se compadece con los datos ahora acreditados” .
Además, de la Mata considera que el patrimonio de Jordi Pujol no se justifica con los ingresos obtenidos como presidente del Gobierno catalán durante 23 años y no consta ningún negocio que justifique esos incrementos patrimoniales.
Pujol, de 85 años, niega cualquier mala práctica y afirma que el dinero proviene de una herencia.
El expresidente catalán, fundador del partido Convergncia i Unió, dirigió la comunidad autónoma entre 1980 y el 2003 y está considerado como el padre del movimiento nacionalista catalán.
En los últimos años ha crecido una campaña secesionista que aspira a separar a Cataluña de España para formar un país independiente.
