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Explosivos y una camioneta a alta velocidad fueron interceptados durante el viaje del papa Francisco a Irak, revela la autobiografía del pontífice

La autobiografía del papa Francisco revela que los servicios secretos de Reino Unido informaron sobre los planes de atentado contra el Papa.

Papa Francisco atentado en Irak

La autobiografía del papa Francisco, "Spera", será publicada el 14 de enero del 2025. (Foto Prensa Libre: Alessandra Tarantino / POOL / AFP)

Un extracto de la autobiografía del papa Francisco ha revelado que durante el primer viaje del pontífice a Irak, en marzo del 2021, se evitaron dos intentos de atentado.

Aquel viaje me fue desaconsejado por todos (…) Pero yo quería ir hasta el final, sentía que debía. Decía, casi familiarmente, que necesitaba ir a ver a nuestro abuelo Abraham, el antepasado común de judíos, cristianos y musulmanes”, confiesa en su autobiografía ‘Spera’, que se publicará el 14 de enero del 2025.

Sobre su histórico viaje a Irak, anticipada por el diario Il Corriere della Sera, el pontífice argentino recuerda que el país aún sufría los estragos de la pandemia y seguía evidenciando altos riesgos de seguridad por los atentados.

Tanto que las fuerzas armadas del Vaticano recibió un aviso de los servicios secretos británicos sobre dos presuntos planes de atentado durante su viaje apostólico.

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“Incluso tras toda aquella devastación, el viento del odio no se detenía. Me avisaron tan pronto como aterrizamos en Bagdad el día anterior. La policía había alertado a la Gendarmería vaticana sobre una información recibida de los servicios secretos ingleses: una mujer cargada de explosivos, una joven terrorista suicida, se dirigía a Mosul para hacerse estallar. Y una furgoneta también había salido a toda velocidad con la misma intención”, rememora.

En cualquier caso el viaje se llevó a cabo y, entre otros hitos, el papa Francisco visitó la ciudad santa del Islam chií, Nayaf, y se reunió con su máxima autoridad, el ayatolá Ali al Sistani, para abogar por el diálogo entre religiones.

“Aquel encuentro con el Gran Ayatolá Ali al-Sistani se preparaba por la Santa Sede desde hacía décadas, sin que ninguno de mis antecesores lograra culminarlo”, reconoce Francisco.

Mientras, el Papa seguía pendiente de los dos supuestos atacantes de los que había sido advertido a su llegada a Irak.

“Cuando al día siguiente pregunté a la Gendarmería que sabía de los dos atacantes, el comandante me respondió lacónicamente ‘ya no están’. La policía iraquí los había interceptado y hecho explotar. También esto me afectó mucho, también este era un fruto envenenado de la guerra”, recuerda.

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