“Para nuestra propuesta de 120 mil no alcanzamos el acuerdo que buscábamos”, dijo por su parte el comisario europeo para la inmigración, Dimitris Avramopoulos.
Los ministros debían discutir el plan presentado la semana pasada por la Comisión Europea de redistribuir en la UE a 120.000 refugiados llegados a Grecia, Italia y Hungría.
Pero esta propuesta, que suponía un reparto por cuotas por país, fue fríamente recibido por varios países del este.
“No hubo consenso, muchos países estaban en desacuerdo. No éramos sólo nosotros o la República Checa, sino también otros países”, dijo a la agencia de prensa checha CTK el ministro eslovaco Robert Kalinak.
“Cuando los otros ministros de Interior dicen que este tema importa a la Unión Europea, corresponde a los líderes de los países europeos hablar de ella. Es crucial desde mi punto de vista”, añadió. Varios de los países que se oponen a la propuesta quieren la organización de una cumbre de líderes de la UE.
Fuentes europeas indicaron que República Checa, Eslovaquia, Rumania, Hungría y Polonia se opusieron a participar en el plan de los 120 mil refugiados.
Europa refuerza controles fronterizos
Varios países europeos decidieron en las últimas horas, cerrar sus fronteras o reforzar la seguridad en las mismas debido a la cantidad exagerada de inmigrnates que han llegado, al mismo tiempo que los países discuten una propuesta que apenas paliaría la crisis.
Varios países europeos decidieron en las últimas horas, cerrar sus fronteras o reforzar la seguridad en las mismas debido a la cantidad exagerada de inmigrnates que han llegado, al mismo tiempo que los países discuten una propuesta que apenas paliaría la crisis.
El Gobierno austríaco anunció hoy que va a restaurar los controles fronterizos con Hungría, por donde en los últimos diez días han pasado miles de refugiados de países en conflicto en Oriente Medio y Asia.
La medida, que podrá aplicarse en todos los puntos fronterizos, comenzará “lo antes posible” en la frontera con Hungría y se prolongará durante los próximos días, indicó la ministra del Interior de Austria Johanna Mikl-Leitner.
Por aparte, Alemania, que días antes había asegurado la apertura de fronteras para recibir a refugiados de los países en conflicto, volvió a imponer controles rigurosos ante el desborde de la inmigración ilegal.
A la vez de negar que se haya tratado de un cierre de sus fronteras, el Gobierno alemán justificó con argumentos organizativos y de seguridad interna su decisión de reintroducir los controles en su frontera con Austria ante la posibilidad de que el país reciba este año hasta un millón de refugiados.
La medida, implementada mientras en Bruselas se celebraba un encuentro de ministros de Interior centrado en este tema, supone poner en entredicho la vigencia del tratado de Schengen, que cimenta la libertad de movimiento en el continente, un pilar básico de la UE.
Los controles han generado retenciones kilométricas en puntos fronterizos como Passau y Bad Reichenhall, así como cortes temporales en la mayor parte del tráfico ferroviario durante la madrugada, que sólo se han prolongado en la ruta entre la austríaca Salzburgo y la alemana Múnich por la presencia de personas en las vías.
En total se han desplegado a lo largo de los 801 kilómetros de la frontera 2.100 los agentes de la policía federal, que además de registrar a cientos de extranjeros, han arrestado a 30 presuntos traficantes de personas.
El portavoz del Gobierno alemán, Steffen Seibert, explicó que “la introducción de controles no es un cierre” de la frontera y que “algunos refugiados seguirán entrando”, en relación a los que soliciten asilo en la frontera tras presentar su documentación.
Los motivos de esta medida, anunciada ayer por sorpresa por el ministro de Interior alemán, Thomas de Maizire, son de carácter logístico y organizativo, pero también por razones de seguridad nacional, matizó Seibert.
Berlín sólo pretende “un proceso más controlado” y pausado de entrada, indicó Seibert, mientras que Horst Seehofer, el jefe del Gobierno de Baviera, subrayó que los controles “permiten aportar orden a todo el sistema”, aunque no sean la solución al problema.
Francia y Alemania presionarán el lunes en Bruselas para que se instalen centros de control en las fronteras de la Unión Europea, a fin que Europa pueda “hacer respetar sus fronteras” , declaró el lunes el presidente francés, Franois Hollande.
“Actuaremos de manera que haya hoy mismo conclusiones que hagan que Europa pueda respetar y hacer respetar sus fronteras” , dijo Hollande pocas horas antes de una reunión en Bruselas de ministros europeos del Interior y de Justicia consagrada a la crisis migratoria.
El presidente rumano Klaus Iohannis dice que su país “no es xenofóbico, autista o separatista” pero es incapaz de absorber enormes números de inmigrantes.
Agregó que Rumania quiere ayudar a Europa con la crisis de migrantes, sugiriendo que podría reforzar las fronteras externas de la Unión Europea. Señaló que el problema para el país no es encontrarles refugio sino integrarlos.
También Hungría y Polonia
En tanto, la policía húngara comenzó a impedir la entrada de refugiados a través de su frontera sur con Serbia, donde estaba cerrando el último hueco que quedaba en la valla alambrada que separa ambos países.
Según se comprobó cerca de la localidad de R szke, la policía ha colocado una barrera humana con unos 25 agentes que cerraban el paso a los refugiados que iban llegando desde el país vecino.
Un oficial de la policía magiar, que estaba también en el mismo lugar, confirmó que a partir de ahora ya no se permitirá la entrada de ningún refugiado a Hungría.
Varios grupos de inmigrantes fueron parados por los agentes y enviados de vuelta al lado serbio de la frontera, donde se retiraron hacia una zona boscosa cercana, visiblemente desilusionados y resignados.
Preguntados desde el lado húngara de la frontera, algunos refugiado dijeron a Efe que la valla no les parará.
“Vamos a seguir la valla hasta encontrar otro hueco”, gritó uno de ellos, mientras que otro decía: “Esto no me va a parar. He cruzado mar para llegar hasta aquí”.
El primer ministro húngaro, el conservador Viktor Orbán, afirmó hoy que su deber era proteger la cultura, forma de vida y las fronteras de Hungría y Europa frente a la oleada de refugiados que llegan al país centroeuropeo.
“Ustedes son los protectores de nuestra cultura, forma de vida y soberanía” aseguró Orbán en la plaza de los Héroes de Budapest, donde 860 policías prestaron juramento y serán movilizados en la frontera sureña del país, según recoge la agencia de noticias MTI.
Según el primer ministro, los húngaros no quieren que “el movimiento mundial de gente cambie el país” y añadió que los magiares quieren vivir “en orden, paz y seguridad”.
En tanto, la primera ministra de Polonia Ewa Kopacz dijo que las fronteras externas de la Unión Europea deben ser estrictamente controladas ante el tremendo crecimiento de los inmigrantes. Agregó que su país volverá a restablecer controles fronterizos si ve alguna amenaza externa aunque no dio mas detalles al respecto.
También se dio a conocer que Eslovaquia ha comenzado a reforzar hoy la vigilancia de sus fronteras con Austria y Hungría como reacción a la decisión ayer de Alemania de restablecer las inspecciones debido a la llegada masiva de refugiados, informó el Ministerio del Interior eslovaco.
Solo recibirán 40 mil por país
Pese a que los últimos números hablan que más de 400 mil solicitantes de refugio provenientes de los países en conflicto de Oriente Medio han llegado a Europa este año, los ministros de Interior del bloque adoptaron su decisión de julio para reubicar en dos años a 40.000 refugiados llegados a Grecia e Italia, pese a que los compromisos ofrecidos hasta ahora por los países solo alcanzan las 32.256 personas y tendrán que ser revisados en diciembre.
“Estoy encantado de que el Consejo haya sido capaz de adoptar esta decisión. Es un importante mensaje político” , aseguró el ministro de Inmigración de Luxemburgo, Jean Asselborn, cuyo país ocupa la presidencia rotatoria de la UE este semestre.
Por aparte el papa Francisco abogó hoy por acoger a los refugiados procedentes de Oriente Medio “tal como vienen” a Europa y consideró que la oleada de migraciones también es fruto de un sistema “socioeconómico malo e injusto” .
En una extensa entrevista a la radio católica portuguesa “Renascena” , el Sumo Pontífice también expresó su preocupación por la falta de empleo juvenil y juzgó que Europa necesita a los inmigrantes para no envejecer.
No obstante, en la misma entrevista asumió que pueda existir “un peligro de infiltración terrorista” por la proximidad geográfica de organizaciones como el Estado Islámico (EI).