La suspensión de vuelos “es muy peligrosa”, dijo el embajador venezolano ante la ONU, Samuel Moncada, que acusó al gobierno de Donald Trump de querer “manufacturar una guerra” contra Venezuela.
“Están tratando de matar al pueblo de Venezuela por privación económica del comercio internacional, alimentos, medicinas, incluso viajes, las familias”, denunció Moncada en una conferencia de prensa en la sede de la ONU, aunque estimó que “los que más van a sufrir por esta medida son los venezolanos del sur de Florida”.
La ley federal estadounidense autoriza al gobierno a tomar medidas inmediatas para suspender los derechos de las compañías aéreas extranjeras y estadounidenses de prestar servicios entre Estados Unidos y aeropuertos de otros países cuando considere que hay condiciones en el país de destino que amenazan la seguridad de viajeros, tripulación y aeronaves.
La suspensión se suma a la notificación emitida el 1 de mayo por la Administración Federal de Aviación, que regula los vuelos de naturaleza civil en Estados Unidos, por la cual se prohíbe a la mayoría de los operadores y pilotos de aviones certificados por Estados Unidos volar a menos de 26.000 pies (7.900 metros) sobre el territorio de Venezuela, también por razones de seguridad.
El Departamento de Estado actualizó el 9 de abril su recomendación de viaje con respecto a Venezuela, ubicando al país en el nivel máximo de alerta (“No viajar”), “debido a delitos, disturbios, servicios de salud deficientes, secuestros y arrestos y detenciones arbitrarias de ciudadanos estadounidenses”.
Impacto disímil
La aerolínea estadounidense American Airlines ya había decidido a fines de marzo suspender indefinidamente sus vuelos desde y hacia la nación sudamericana por motivos de seguridad.
Debido a una deuda del Estado venezolano valorada en 3.800 millones de dólares, varias aerolíneas también dejaron de operar en el país en los últimos años.
Las estadounidenses United Airlines y Delta y la colombiana Avianca suspendieron actividades en 2017; la alemana Lufthansa y la estadounidense Dynamic, en 2016; y Air Canada, Aeroméxico, Alitalia, Tiara y Gol, entre 2014 y 2015.
La medida anunciada este miércoles tendrá un impacto limitado en el transporte de pasajeros -con escasos vuelos directos entre ambos países- y mayor en el de carga, según la Asociación de Líneas Aéreas de Venezuela (Alav).
“El impacto fundamental es que perdemos una conexión en vuelo directo a Miami, que era la única ciudad servida”, dijo a la AFP Humberto Figuera, presidente de Alav, sobre la ruta que operaba la empresa venezolana Avior.
Pero las consecuencias “serán importantes en el transporte de carga porque por esa vía ingresaba toda la mercancía delicada y partes y piezas para la industria. Ahora ingresarán, pero tendrán que triangular por una isla del Caribe, Centroamérica o Suramérica”, explicó Figuera. Esto elevaría los costos.
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La suspensión de vuelos se suma a una serie de sanciones de Washington para asfixiar al gobierno de Maduro en la pugna por el poder entre éste y el opositor Juan Guaidó, reconocido como presidente interino de Venezuela por medio centenar de países.
El pasado 28 de abril empezó a regir un embargo sobre el petróleo venezolano, fuente de 96% de los ingresos del país con la mayor reserva de crudo, pero sumido en la peor crisis socioeconómica de su historia reciente.
“La prohibición de vuelos directos entre Venezuela y Estados Unidos tiene impacto directo sobre los venezolanos no sancionados y con visa americana y sobre los costos de envío aéreo de la población para compensar la escasez y la inflación interna”, comentó en Twitter el economista Luis Vicente León.
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