La pastilla desarrollada por Merck, conocido como MSD fuera de Estados Unidos y Canadá, se toma dentro de los cinco días posteriores al comienzo de los síntomas y se ha demostrado que reduce un 30% las hospitalizaciones y muertes por covid-19 entre las personas de riesgo.
Las píldora de Pfizer lo reduce un 90%.
La FDA insistió en su comunicado que tanto las pastillas de Pfizer como las de Merck deberían ser un complemento de las vacunas, en vez de reemplazarlas, porque éstas siguen siendo la herramienta principal en la lucha contra el coronavirus.
Aunque que ambos tratamientos son generalmente seguros, según revelaron de los ensayos clínicos, la pastilla de Merck, llamada molnupiravir, suscita más preocupación.
La FDA no la autoriza para menores de 18 años porque puede afectar el crecimiento de los huesos y cartílagos, ni se recomienda en mujeres embarazadas debido al posible daño fetal. Los médicos son quienes deciden si los beneficios superan los riesgos en casos individuales.
Se ingieren ocho cápsulas de molnupiravir diarias durante cinco días, es decir un total de 40.
Estados Unidos ha hecho un pedido de pastillas Merck por valor de 3,1 millones de dólares (2,7 millones de euros), y otro de las de Pfizer, por 10 millones (8,8 millones de euros).
El molnupiravir actúa incorporándose al genoma del virus, lo que causa mutaciones que previenen la réplica viral.