Y de acuerdo a las declaraciones de la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, en un comunicado, esta reducción en el presupuesto se debió a presiones de del país norteamericano y podría ser la primera acción concreta en contra del rechazo que generó su decisión sobre Jerusalén.
La Asamblea General aprobó un presupuesto de 5 mil 396 millones de dólares para el ejercicio 2018-2019, ligeramente por debajo de los 5 mil 400 millones que solicitaba el secretario general de la ONU Antonio Guterres.
Estados Unidos es el mayor contribuyente al presupuesto de la ONU, proveyendo el 22% del presupuesto básico.
Haley señaló en un comunicado que la “ineficiencia y el gasto excesivo” de la organización era “bien conocido”.
La embajadora dijo que en las negociaciones por el presupuesto se obtuvieron varios “éxitos” con recortes y reducciones financieras en la “excesiva gestión y en las funciones de apoyo”.
“Esta histórica reducción de gastos –sumada a otros muchos movimientos para hacer una ONU más eficiente y responsable– es un gran paso en la dirección correcta”, añadió.
El presupuesto operativo de la ONU está separado del presupuesto de las operaciones de paz, que fue recortado este año en 600 millones de dólares por la administración del presidente Donald Trump.
La presión para recortar profundamente los gastos se produce en momentos en que Guterres está tratando de buscar apoyo para sus planes de reformas de la burocracia de la ONU.
La propuesta de presupuesto de Guterres era de 200 millones de dólares menos que la del bienio 2016-2017.
Durante una reunión al margen de la Asamblea General anual de la ONU en septiembre, Trump advirtió que la ONU había fallado en alcanzar su “pleno potencial debido a la burocracia y la mala gestión”.