El autor del atentado, el más mortífero en suelo británico en 12 años, “deliberadamente apuntó a jóvenes inocentes e indefensos”, sostuvo el martes la primera ministra británica, Theresa May.
La niña de 8 años Saffie Rose Roussos y la adolescente Georgina Callander, de 18 años, una estudiante -ambas del condado de Lancashire- son las dos víctimas identificadas de momento.
En un comunicado publicado en uno de sus canales habituales en las redes sociales, el Estado Islámico (EI) afirmó que “uno de los soldados del califato colocó una bomba entre la muchedumbre” durante el concierto de la estrella juvenil Ariana Grande.
El grupo yihadista amenazó con otros ataques.
La agencia de propaganda de EI afirmó por su parte que hay un “equipo” de combatientes tras el atentado. En ese sentido, la Policía practicó la primera detención en relación al caso, la de un hombre de 23 años en el sur de Mánchester.
Policía, tras sospechoso
“La Policía y las fuerzas de seguridad creen conocer la identidad del autor, pero en este punto de las investigaciones no pueden confirmar su nombre”, informó la primera ministra.
May llegó a la ciudad a primera hora de la tarde para ver de primera mano los efectos de “uno de los peores actos terroristas de la historia de este país”, afirmó.
“Destrozada. Desde el fondo de mi corazón, lo siento mucho. No tengo palabras”, escribió la cantante Ariana Grande en Twiter, quien tenía previsto actuar en el O2 de Londres el jueves.
El autor actuó “deliberadamente contra niños y jóvenes que deberían haber estado disfrutando de una de las mejores noches de sus vidas”.
El ataque de Mánchester es el más grave en suelo británico desde julio de 2005 cuando una serie de atentados suicida dejó 52 muertos, entre ellos cuatro kamikazes, y 700 heridos en el metro y un autobús de Londres. Este ataque fue reivindicado por un grupo que decía pertenecer a Al Qaida.
Buscando a familiares
Las redes sociales hervían con mensajes pidiendo ayuda para encontrar a allegados, y en el vecino hotel Holiday Inn más de 40 muchachos esperaban a sus padres.
Charlotte Campbell explicó apesadumbrada en varias televisiones que no lograba encontrar a su hija Olivia, de 15 años.
“Todo lo que sé es que estaba en el Manchester Arena con su amiga viendo a Ariana Grande y todavía no ha aparecido”, dijo, en declaraciones al programa de televisión Good Morning Britain
“No logro contactar con ella. He llamado a hospitales, he llamado a todos los sitios, a los hoteles donde decían que habían resguardado a los niños”.
Una pareja de adolescentes, Liam Curry y su novia Chloe, seguían desaparecidos.
El primo del joven explicó a radio Heart que “Liam perdió a su padre hace un par de meses, así que andaban haciendo cosas para sobrellevar el duelo, entre ellas ir al concierto”.
Cinco segundos de un silencio pavoroso
“El pabellón se quedó pavorosamente en silencio durante cinco o seis segundos, que parecieron más largos, y luego todo el mundo corrió en todas direcciones”, explicó Kennedy Hill, una adolescente que asistió al concierto.
Su madre, Stephanie Hill, dijo que la gente perdía zapatos y teléfonos por el camino al tratar de huir del lugar.
“Había muchos niños y adolescentes como mi hija en el concierto. Es trágico”, lamentó.
“Había padres que llevaban en brazos a sus hijas entre lágrimas”, explicó Sebastian Díaz, un muchacho de 19 años de Newcastle, que vestía una camisa tejana y pantalón oscuro.
“Nos mantendremos fuertes, nos mantendremos unidos, porque somos así. Eso es lo que hacemos, así no ganarán”, dijo el alcalde de Mánchester, Andy Burnham.
Su par de Londres, Sadiq Khan, anunció que se reforzará la seguridad en las calles de la capital.
“Estoy en contacto constante con la Policía Metropolitana, que está revisando el dispositivo de seguridad en Londres. Los londinenses verán más policía en nuestras calles”, dijo Khan.
Condenas en todo el mundo
El atentado provocó reacciones de repulsa en todo el mundo.
“Su Santidad, el papa Francisco, quedó profundamente entristecido”, afirmó el Vaticano.
La primera ministra alemana, Ángela Merkel, expresó su “tristeza y horror”, y el presidente ruso, Vladimir Putin, habló de atentado “cínico e inhumano”.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, condenó enérgicamente en Belén el atentado, perpetrado según él por “perdedores maléficos”.
El atentado ocurrió exactamente dos meses después del que dejó 5 muertos en Londres, cerca del Parlamento, cuando un hombre embistió con su vehículo a una multitud y apuñaló a un policía.
El grado de amenaza de atentados en el Reino Unido es “severo”, el segundo más alto en la escala de las autoridades, y significa que es altamente probable que haya atentados. El primer grado es el de “crítico”, que se activa en caso de amenaza inminente.