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En 2019, Tao perdió la visión por culpa de un glaucoma, por lo que su dueña, Melanie Jackson, una vecina de Somerset, Inglaterra, decidió buscarle otro perro que le hiciera compañía y fuera su nuevo compañero de juegos.
20minutos.es informó que fue así cómo Oko, con solo ocho semanas de vida, llegó a la vida de Tao. Ahora son inseparables.
Melanie, orgullosa de la amistad de sus dos perros, no ha dudado en publicar en Instagram fotos y vídeos de estos que han enternecido a los usuarios de las redes sociales.