“Lo que le están haciendo a nuestra hermosa California es una desgracia para nuestro país. Es una pena. El mundo lo está mirando. Miren a Los Ángeles con las carpas y las horribles condiciones. Miren San Francisco, miren algunas de sus otras ciudades”, dijo.
Sobre eso Trump culpó a los políticos que han administrado el estado en los últimos cien años, mayoritariamente demócratas, pero bajó las armas y no dio nombres para no ser “controvertido”.
Sus ataques incluyeron la violencia en las ciudades más grandes, comentarios duros sobre los que el gobernante ha volcado sus discursos recientemente.
El fin de semana dijo que Baltimore era “un desastre infestado de ratas y roedores”, cuyo representante es el demócrata Elijah Cummings, muy crítico de la administración.
Esos ataques fueron deplorados por los demócratas, que criticaron que Trump es un racista, lo cual él negó.
De acuerdo con una publicación de BBC, California es la quinta economía del mundo, después de Estados Unidos, China, Japón y Alemania. Es el estado más poblado, cuna y hogar de millonarios y artistas, un estado santuario para migrantes.
Su producto interno bruto fue de US$2.7 billones, más que Reino Unido, Brasil y México, que tienen poblaciones mayores.
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