La administración del presidente Joe Biden anunció en agosto que lanzaría una campaña de refuerzo a partir del 20 de septiembre para todos los estadounidenses que hubieran recibido su segunda dosis ocho meses antes.
Esta decisión tomó por sorpresa a muchos expertos, cautelosos sobre los posibles efectos secundarios que generaría esta dosis adicional, clave además en un momento en el que muchos países solo han tenido acceso a un número muy limitado de inyecciones.
La desconfianza se extendió a las filas de la Agencia de Medicamentos de Estados Unidos (FDA), que publicó un documento tomando distancia de la decisión antes de la reunión de su comité de expertos independientes del viernes.
“En general, los datos indican que las vacunas anticovid autorizadas en Estados Unidos aún confieren protección contra formas severas de covid-19 y la muerte”, dijo la FDA en el informe.
Los expertos de este comité (investigadores, epidemiólogos, especialistas en enfermedades infecciosas) deben decidir si creen que hay suficiente evidencia sobre la efectividad y seguridad de una dosis de refuerzo.
Las recomendaciones de este comité no son vinculantes, pero usualmente se siguen.
No “en esta etapa”
Sin embargo, cualquier señal de desconfianza que pudiera expresar en sus conclusiones sonaría como una crítica a la administración Biden, que anunció que quería revacunar a todos los estadounidenses incluso antes de consultar a las agencias científicas.
Dos altos funcionarios de la FDA ya colocaron sus firmas en una carta publicada en The Lancet contra una tercera dosis “en esta etapa de la pandemia”.
Si los expertos votan a favor de una dosis de refuerzo para los estadounidenses, dependerá de otro comité, encabezado por la principal agencia federal de salud de Estados Unidos, los CDC, decidir quiénes deben recibir esta vacuna primero y cuándo. Este grupo se reunirá del 22 al 23 de septiembre.
En el pasado, los CDC dictaminaron que se debía dar prioridad a los adultos mayores de 65 años, los residentes de hogares de ancianos y los profesionales de la salud.
Para convencer de la necesidad de esta dosis adicional, Pfizer planea citar estudios que han mostrado una disminución de la protección contra la infección unos meses después de la administración de las dos primeras dosis, según documentos de la farmacéutica.
Sin embargo, un número creciente de estudios muestra que dos dosis son suficientes para otorgar una alta protección contra las manifestaciones graves de la enfermedad, aunque a niveles ligeramente más bajos en las personas mayores.
Pfizer también citará datos que muestran que los refuerzos aumentan el nivel de anticuerpos contra la variante delta, así como estudios realizados en Israel, que llevó a cabo una campaña de administración de tercera dosis, para respaldar sus argumentos.
La FDA sostiene, no obstante, que no todos los estudios son necesariamente confiables y estima que aquellos que resultan de investigaciones en Estados Unidos “probablemente representen más fielmente la efectividad de las vacunas en la población estadounidense”.