Una vez que se apruebe el país se convertiría en el tercero de América, después de Estados Unidos y Canadá, en permitir que cualquier adulto pueda consumirla de manera legal.
El dictamen que se ha estado elaborando en los últimos tiempos, aún no aprobado, estipula tres maneras en las cuales se puede tener acceso a cannabis recreativo. El primero de ellos es que cada persona pueda tener hasta seis plantas; el segundo es que se reúnan en una asociación con hasta 20 miembros y, en conjunto, todos ellos puedan tener 50 plantas para uso personal del colectivo.
El tercer punto es que habrá tiendas de cannabis como las de Estados Unidos y Canadá en donde la gente podrá comprar diversos productos que contengan esta sustancia de manera legal.
Así lo comenta Jorge Rubio, fundador de Cannabis Group y emprendedor de la industria quien durante una conversación con Forbes Life explica los diferentes productos que se pueden crear; los problemas para la salud que esto conlleva; así como las consideraciones que se deben tener al aprobar una ley de esta naturaleza.
Él comenta que dentro de todas las categorías que se pueden desarrollar están desde la venta de hierba seca en gramos; pasando por ‘comestibles’ como: galletas, caramelos macizos, aceites, paletas, mentas, cápsulas, entre otras. “En Canadá esa categoría se le llama Cannabis 2.0 y ha crecido muchísimo.”
De igual forma se pueden elaborar bebidas, así como vaporizadores, concentrados de cannabis y los llamados ‘churros’.
La flor seca –dice– tiene 25 mil cepas. Entonces la cannabis no es una, son muchas, y se puede buscar las que tengan el efecto deseado.
Consecuencias para el organismo
Debido a que esta sustancia puede ser adictiva, la legalización de su uso debe contemplar algunos aspectos importantes. Por ejemplo, diversos estudios señalan que su consumo en menores de 25 años puede llegar a tener un efecto de codependencia y adicción.
Por ello, “antes de los 25 años puede ser problemático su uso”, advierte Jorge Rubio, quien también señala que la década de los 70 y 80 la cannabis tenía concentraciones de THC de 12 a 13%, mientras que ahora en el mercado como el canadiense se encuentran productos con una potencia de 30% de THC.
En el caso de los concentrados la cifra puede aumentar hasta 70%, producir efectos 25 veces más potentes y con efecto mucho más prolongado.
Otro problema para quienes se inician en su consumo es el desconocimiento que al comer productos que contengan la hierba, —como galletas o brownies—, el efecto que producen se presenta hasta hora y media después.
Como la persona no siente nada sigue comiendo, explica el entrevistado, y lo que estás haciendo es acumulando THC, el efecto será más duradero y potente. Por esta razón, comer cannabis debe hacerse poco a poco y de forma lenta.
Entonces ¿qué te puede pasar? Se cuestiona Jorge, y él mismo se apresura a responder: puedes tener algunos efectos adversos como pánico, paranoia, sueño, depresión o ansiedad, entre otros. A cada persona la cannabis le funciona de diferente manera.
Precauciones en México
Aunque se esperaba que la ley para autorizar su uso con fines recreativos se aprobara a finales de abril, esto no ocurrió así. Será en el mes de septiembre de 2021 cuando se vuelva a poner sobre la mesa.
Para el especialista una de las barreras más grandes que enfrenta es que la cannabis está estigmatizada y su consumo se castiga de forma penal y también socialmente.
Para que eso deje de ocurrir se requiere mayor información y educación alrededor de la planta, de tal forma que las personas entiendan lo bueno y lo malo de ella.
Asimismo, al ser legal se podrían optar por comprar cannabis de mejor calidad y también se iría eliminando el estigma que se ha creado a su alrededor.
* En alianza con Forbes México, artículo de Manuel Grajales.