Esta pérdida representó un duro golpe en la infantería del ejército de Vladimir Putin, siendo el segundo navío más grande Rusia que ha sido destruido en toda su historia, siendo el primero en las épocas de la Segunda Guerra Mundial.
Incluso expertos en tácticas y navíos militares mostraron asombro dada a las pocas probabilidades que había de atacar y destruir un buque de guerra con sistemas avanzados de ataque y defensa, catalogando el ataque como una misión “imposible”.
Son mucho los factores que influenciaron en la destrucción del Moskva, sin embargo, uno de los más destacados fueron las acciones realizadas minutos antes de lo ocurrido. Una serie de maniobras que provocaron la distracción de los encargados de los sistemas de rastreo del buque y permitieron un ataque sorpresa.
Moskva
Para entender la magnitud del ataque, es importante detallar algunas características importantes que poseía el Moskva, que lo calificaban como uno de los transportes no solo más peligrosos del ejército ruso, sino en uno de los más impenetrables ante cualquier eventualidad.
Se trata de un navío de tamaño medio, de aproximadamente 186 metros y con una longitud comparada a dos campos de fútbol. Un transporte que estaba completamente cargado de sensores que advertía sobre cualquier anomalía a sus alrededores, así como radios en puntos estratégicos del buque para una comunicación constante entre sus tripulantes.
Además, contaba con artillería con objetivos de corto y largo alcance, como misiles S-300F, de tipo “tierra-aire” para objetivos aéreos, así como misiles OSA y cañones AK-630, diseñados para la defensa en contra de misiles antibuques y otros proyectiles de precisión.
La Maniobra
Dada las especificaciones del Moskva ¿Cómo logró el ejército de Ucrania derribar un buque completamente armado y listo ante cualquier amenaza que se acercara a varios metros de él?.
Según lo relata la revista The Economist la clave del ataque fue en “diversas maniobras inteligentes” que elaboró el gobierno ucraniano. Minutos antes de realizarse el ataque, se desplazaron varios drones Bayraktar TB2 en los alrededores del Moskva, esto con el objetivo de distraer a los tripulantes del buque, pero sobre todo, a los encargados de los sistemas de rastreo y de defensa.
Bayraktar TB2 | Death from Sky pic.twitter.com/uziiOs0GF1
— Sajawal Rana (@Saju__302) April 16, 2022
Los drones Bayraktar son vehículos aéreos no tripulados que son controlados de forma remota en una estación en tierra firme. En el caso de los drones utilizados por el ejército de Ucrania, se controlaban a 60 millas de la costa de Odessa, mismo lugar en donde lanzaron los misiles Neptune para derribar el buque.
Esta operación fue uno de los puntos claves que provocó la destrucción de Moskva. El ataque fue realizado por Misiles Neptune, proyectiles que vuelan al ras del mar, permitiendo ser un objetivo difícil de detectar debido a su vuelo bajo. Sumado a diversas condiciones climatológicas como lluvia o niebla, los misiles Neptune pueden ser prácticamente “imperceptibles”.
El Moskva, sin embargo, era un buque con la tecnología suficiente para poder localizar este armamento de manera efectiva, contrarrestándolo con varios de los armamentos que poseía, por lo que la táctica hubiera sido un fracaso para el ejército ucraniano si no se realizaba una “distracción” anteriormente.