“La tendencia es notable”, comentó Alex de Waal, director ejecutivo de la Fundación Mundial de la Paz en la Universidad Tufts.
Hasta mediados del siglo XX morían millones por el hambre en cada década: de 27 millones en 1900-1909 y más de 15 millones en las décadas de 1920, 1950 y 1960, hasta 1,4 millones en la década de 1990.
En todo lo que va del siglo XXI la cifra de muertos por hambre se aproxima a 600.000.
En una entrevista telefónica, de Waal atribuyó el progreso al fin del colonialismo, de la guerra total y de los gobernantes responsables por “una enorme cantidad de muertes” como Stalin en Rusia, Mao en China y Pol Pot en Camboya.
“El mensaje de mi estudio es que, para erradicar la hambruna, lo último que queda por hacer es promover la resolución de conflictos y levantar las restricciones a la acción humanitaria”, afirmó.
De Waal singularizó las leyes estadounidenses que penalizan el apoyo a las organizaciones terroristas que, a su juicio, inhiben las tareas humanitarias porque “son leyes demasiado amplias”.
“Creo que esto está mal, que ha costado muchas vidas y que no contribuye a la causa contra el extremismo si Estados Unidos dice que no hay que ayudar pese a que hay niños que se mueren de hambre en Somalia”, como dijo ocurrió en 2011.