Hasta ahora el creador de la moneda era conocido bajo el seudónimo de Satoshi Nakamoto, pero nadie sabía a ciencia cierta de quién se trataba. Hace unos meses surgió el nombre de Wright en información filtrada. “No quería ninguna publicidad, pero ahora quiero que el tema quede zanjado de una vez por todas”, dijo Wright a la revista “Economist”.
En un video para la BBC, Wright admite ser esa persona pese a haberlo negado en el pasado. Para elegir el seudónimo, el australiano se inspiró en el nombre de un filósofó japonés del siglo XVII, Tominaga Nakamoto. “Fui la mayor parte (de Nakamoto), pero otras personas me ayudaron”, añade.
“Me gustaría no haberlo hecho. Quiero trabajar, quiero seguir haciendo lo que quiero hacer. No quiero dinero. No quiero fama. No quiero admiración. Sólo quiero que me dejen solo”, señala en el informe de la BBC.
El bitcoin es una moneda digital surgida en Internet que circula desde el 2009. Se basa en un software de código abierto y tecnología P2P, es decir de intercambio entre iguales. Es posible comprar unidades de la moneda en dólares o euros y usarla para pagar en la red, es anónima y circula de forma independiente de gobiernos y bancos. Como máximo se pueden generar 21 millones de bitcoins.
Uno de los probables motivos de su inventor para permanecer en el anonimato es que podría ser acusado en Estados Unidos por atentar contra la estabilidad del dólar.
Además, según algunas estimaciones, Wright, una figura solitaria que vive a las afueras de Sydney, sería dueño de un millón de bitcoins, un paquete que hoy valdría unos 450 millones de dólares.
La moneda digital pasó de valer apenas unos céntimos en el 2009 a 449 dólares en la actualidad. Se estima que hoy hay 15.5 millones de bitcoins.
“Economist” dejó la puerta abierta sin embargo a la duda: “Nuestra conclusión es que el señor Wright puede ser el señor Nakamoto, pero siguen planteadas preguntas importantes”. Es posible que nunca se sepa exactamente quién creó el bitcoin, indica.
“Satoshi” se comunicaba con sus compañeros solamente de forma electrónica, hasta que hace algunos años se retiró.
El australiano era conocido como experto en bitcoin y había anunciado la creación de un banco para la moneda digital. La supercomputadora “Tulip Trading”, de su firma DeMorgan, es uno de las más potentes del mundo. Para generar bitcoins es necesario un alto rendimiento.
En unas declaraciones en octubre, Wright dijo que llevaba tiempo ocupándose de la moneda, sin concretar. En diciembre, la revista “Wired” y el blog “Gizmodo” publicaron emails filtrados y copias de antiguas entradas de blog de Wright. Allí había una dirección de correo electrónico y una clave PGP -una firma digital única- que lo vinculaban con “Satoshi Nakamoto”.
Asimismo, en un documento sobre una conversación de Wright con el fisco australiano el informático afirma que comercia con bitcoins desde el 2009. Las autoridades registraron poco después su casa, aunque según se dijo no se trató de un caso relacionado con la moneda digital.}
Una autoría convincente
Un economista y codirector de la fundación Bitcoin, Jon Matonis, se dijo convencido de la veracidad de esa reivindicación de autoría.
“Tuve la oportunidad de examinar los datos en función de tres criterios: criptográfico, social y técnico. Y tengo la firme convicción de que Craig Wright cumple con los tres” , declaró.
Craig Wright aseguró que se sintió forzado a revelar su identidad para preservar a allegados acosados por periodistas desde que la revista estadounidense Wired y el blog Gizmodo mencionaron en diciembre de 2015 su nombre como el de un posible inventor del bitcoin.
Negó sentirse motivado por un deseo de notoriedad. “No ha sido mi voluntad” desvelar su identidad, declaró. “No quiero ser la imagen pública de nada” , subrayó.
“Quiero seguir trabajando, haciendo lo que me gusta. No busco dinero. No busco la gloria. No quiero ser adorado por nadie. Quiero que me dejen tranquilo” , insistió.
Los Bitcoins se crean o intercambian utilizando protocolos de software tan complejos que son considerados “criptomoneda” (cryptocurrency) . Las transacciones se procesan en servidores llamados “Bitcoin miners” y, contrariamente a las monedas tradicionales, su emisión no está regida por ningún banco central.
La moneda digital se puede transferir directamente entre teléfonos inteligentes o cualquier otro tipo de dispositivo informático para pagar en tiendas “reales” o a cambio de servicios (como un viaje en taxi por ejemplo) .
Sus detractores afirman que es una herramienta predilecta de los tráficos ilegales y que en su forma actual se puede robar fácilmente. Numerosos países estudian darle un marco legal a su uso.
Los primeros bitcoins se cotizaban a unos pocos centavos de dólar por unidad, pero llegaron a valer 1.000 dólares en el 2013. Actualmente, se negocian a unos 460 dólares (400 euros) .
Actualmente hay unos 15 millones de bitcoins en circulación. Algunos economistas estiman que, debido a su número limitado, su precio tenderá a incrementarse a largo plazo y que por eso será más útil como moneda de almacenamiento de valores, como el oro, que como instrumento cotidiano.