Más de 4 millones de personas se han registrado para votar. Se trata de residentes legales en Escocia -los escoceses que viven fuera no pueden-, mayores de 16 años -en vez de los 18 habituales.
“Estamos en la fase formal de la campaña y más y más gente se implica en el debate. Me complace, porque es un referéndum con dos narraciones muy diferentes“, dijo Blair Jenkins, el responsable de la campaña a favor de la independencia Yes Scotland, en un acto en Glasgow.
“La narración del sí“, prosiguió Jenkins, “dice que una Escocia independiente es una oportunidad“, mientras la del no “gira en torno a sembrar dudas y miedo“.
En el otro extremo, George Osborne, ministro de Finanzas del gobierno británico, publicó un artículo afirmando que cada escocés tiene mil 400 libras de más (unos 2.300 dólares) en el bolsillo por ser británico.
“Escocia es un país rico, un logro alcanzado tras 300 años de trabajo conjunto con el Reino Unido. Y eso es un argumento para que Escocia se quede, no para que se vaya“, escribió el ministro del gobierno del primer ministro conservador David Cameron.
“Como parte del Reino Unido, las finanzas de Escocia son mucho más fuertes. Los impuestos de Escocia son más bajos y el gasto público más alto. El Tesoro calcula que todo esto supone cada año mil 400 por persona en Escocia“.
“Ese es el dividendo Reino Unido, mil 400 razones por la que estamos mejor juntos“, sentenció Osborne.