Por medio de su empresa Starlink, Musk ya puso en órbita 1 mil 500 satélites y podrían alcanzar los 12 mil en cuatro años. No obstante, los científicos temen que la red de satélites cause una serie de problemas.
“El impacto para la astronomía sería prácticamente el principio del fin de la noche”, dijo Didier Queloz, Premio Nobel de Física, en declaraciones que recogió el diario As. “Ves estos satélites porque reflejan la luz del Sol”, añade.
La empresa de Musk ha reaccionado cubriendo los satélites con un revestimiento que reduce 50 por ciento su luminosidad, pero los problemas no se agotan ahí. La constelación de satélites podría generar un campo electromagnético que interfiera con la medición radiométrica y esto podría encarecer el acceso a internet a sectores más empobrecidos.
Musk es uno de los empresarios más controversiales del mundo y sus aspiraciones van desde crear una colonia en Marte hasta ampliar una base de lanzamiento de cohetes en Texas que podría desaparecer a un pueblo entero.